Xataka – Por si no fuera lo suficientemente difícil entender la factura de la luz, Bruselas ha tenido una idea: pasar de 24 precios al día a 96

Por si no fuera lo suficientemente difícil entender la factura de la luz, Bruselas ha tenido una idea: pasar de 24 precios al día a 96

A partir del 1 de octubre arranca un cambio histórico en el mercado eléctrico europeo. Ese día, los precios de la luz dejarán de fijarse cada hora para pasar a hacerlo cada 15 minutos. Esto significa que habrá 96 precios distintos cada día en lugar de 24, un ajuste que busca acercar la tarifa a la realidad de la producción y el consumo en tiempo real. Y sí, después de varios retrasos, ahora los operadores del mercado europeo han confirmado la entrada en vigor del llamado mercado cuartohorario.

La medida no es nueva ni improvisada. Ya en 2017, el Reglamento UE 2017/2195 y más tarde el Reglamento UE 2019/943 establecieron que el periodo de liquidación de desvíos debía reducirse de 60 a 15 minutos. Esto obligará a que cada compañía eléctrica declare cuánta energía producirá o consumirá en cada cuarto de hora y, si se desvía, reciba una penalización.

En nuestro país, la pruebas comenzaron el año pasado bajo la supervisión de Red Eléctrica y OMIE. La CNMC diseñó una transición en fases: primero en el mercado intradiario continuo (marzo de 2025) y después en el mercado diario (junio). Pero la falta de preparación de algunos participantes obligó a retrasar la puesta en marcha hasta el 30 de septiembre, con efecto real el 1 de octubre. Además, el cambio ha supuesto rediseñar los sistemas de subastas coordinarse con mercados vecinos como Francia, Portugal y Marruecos.

¿Qué cambia para el consumidor? La respuesta corta es poco o nada. Para empezar hay un problema técnico ya que los contadores domésticos actuales solo registran el consumo por horas. Para evitar sustituir millones de equipos, Red Eléctrica aplicará un método de interpolación lineal que estima consumos cuartohorarios a partir de lecturas horarias.

Por consiguiente, las personas sujetas a la tarifa regulada (PVPC) seguirán viendo precios medios por hora en su factura. Por su parte, los usuarios del mercado libre tampoco notarán cambios, ya que sus contratos son a precio fijo o con discriminación horaria. En otras palabras, no habrá que mirar la tarifa cada cuarto de hora para poner la lavadora. Mientras no cambien los contadores, las facturas seguirán funcionando por horas.

La otra cara. El verdadero impacto está en otros ámbitos. Según La Voz de Galicia, los principales beneficiados serán la industria electrointensiva, las instalaciones de almacenamiento y los proyectos de autoconsumo, que podrán ajustar mejor sus consumos para aprovechar los momentos más baratos del día. También las pymes con capacidad de gestión podrían salir ganando.

Para otro tipo de consumidor. Para los hogares con placas solares o pequeñas instalaciones de autoconsumo, el mercado cuartohorario abre una ventana de oportunidad. Estos consumidores podrán optimizar mejor cuándo consumir su propia energía y cuándo verterla a la red, aprovechando los tramos de precio más bajos o más altos. Por ese motivo, el almacenamiento será clave. Con precios que cambian cada 15 minutos, las baterías domésticas o industriales podrán cargarse en los momentos más baratos y descargar en los más caros, multiplicando las posibilidades de ahorro. 

Además, el nuevo sistema encaja mejor con la naturaleza intermitente de la solar y la eólica: una nube que pasa o una racha de viento se reflejará en el mercado casi en tiempo real. esto permitirá una integración más fluida de las renovables. Eso sí, la los contadores siguen siendo horarios. La mayoría de hogares con autoconsumo seguirán viendo precios medios por hora, al menos hasta que se actualicen los sistemas de medición.

Menos desvíos, más renovables. Hasta ahora, el mercado fijaba un precio por hora, pero ni el consumo ni la generación son lineales durante 60 minutos. Con intervalos de 15 minutos, se podrán ajustar mejor esas variaciones, reduciendo los sobrecostes de los mercados de ajuste que acaban repercutiendo en la factura, como detalla El Periódico.

Además, el nuevo sistema encaja mejor con las energías renovables. Su producción —muy variable en cortos periodos de tiempo— se integra de forma más natural en intervalos de 15 minutos

No todo son ventajas. Tras el apagón del pasado 28 de abril en la Península Ibérica, el Gobierno se ha tenido que replantear la medida por temor a que la mayor granularidad provocara inestabilidades en la red.

La transición también ha supuesto una carga técnica y económica enorme. Operadores, distribuidoras y comercializadoras han tenido que rediseñar sus sistemas informáticos y con un problema persistente de la distribución de red. 

Un nuevo capítulo energético. Europa estrena así una nueva era con 96 precios diarios. Un mercado más flexible y sensible a las variaciones reales de oferta y demanda que, según Bruselas, debería abaratar costes y facilitar la integración de renovables.

La incógnita está en si ese beneficio llegará hasta la factura del consumidor doméstico o si, como tantas veces, quedará en manos de los grandes actores del sector.

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Alba Otero

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