Xataka – TCL 20 Pro 5G, análisis: su principal reclamo puede ser su peor enemigo
TCL mantuvo su apuesta por hacerse hueco en la gama media con tres móviles, sin dejar de lado el 5G o las pantallas curvas. Precisamente, vamos a ver en el análisis del TCL 20 Pro 5G que éstos son sus principales reclamos sobre los otros de la tirada, motivando así ese apellido «Pro».
La fórmula recuerda bastante a su antecesor directo, el TCL 10 Pro, aunque subiendo un peldaño en el rango de procesadores de Qualcomm. Vemos que, de hecho, tiene unas líneas de diseño que comparten bastante ADN, aunque la trasera ha sido de nuevo la base sobre la que han realizado los cambios estéticos.
Ficha técnica del TCL 20 Pro 5G
TCL 20 Pro 5G
Dimensiones y peso
164,2 x 73,8 x 9,07 mm
190 g
Pantalla
AMOLED 6,67 pulgadas
FullHD+(1.080 x 2.400 px)
20:9, 394 ppp, 700 nits
HDR10, TÜV Rheinland
Procesador
Snapdragon 750 5G
RAM
6 GB LPDDR4x
Almacenamiento
256 GB (hasta 1 TB con microSD)
Cámaras traseras
48 MP, f/1.79, OIS
16 MP gran angular, 118º, f/2.4
5 MP macro, FF, f/2.2
2 MP profundidad, f/2.4
Cámara frontal
32 MP, FF,f/2.45
Batería
4.500 mAh + carga rápida 18 W
Sistema operativo
Android 11 + TCL UI
Conectividad
Wi-Fi 802.11a/b/g/n/ac
5G, LTE, WiFi Direct
Bluetooth 5.1, NFC
GPS, A-GPS, BeiDou, Galileo, GLONASS
Otros
Minijack 3,5 mm
Lector de huellas lateral
Tecla para Google Assistant
Modelo dual SIM
Precio
TCL 20 Pro 5G 256GB – Smartphone de 6.67″ AMOLED FHD+ con NXTVISION (Snapdragon 750G 5G, 6GB/256GB Ampliable MicroSD, Dual SIM, Cámaras 48MP+16MP+5MP+2MP, Batería 4500mAh, Android 11) Azul
Diseño: la indiscreción como marca de la casa
Sin echar un ojo a las dimensiones, el TCL 20 Pro 5G en mano parece más bien alargado y estrecho, sin llegar a las formas de un Sony Xperia pero recordando más a lo que hemos visto en los Huawei P40 Pro que a propuestas más anchas como un Poco X3 Pro. Aunque el agarre sí recuerda más a esos Huawei porque este TCL hace de la curva uno de sus principales rasgos, tanto por la trasera como por la pantalla.
De este modo, queda un borde metálico y muy fino a los lados, pero no es un ángulo demasiado pronunciado y no molesta. Después hablaremos de la interacción, pero en lo referente al agarre nada que reprochar: no es delgado, pero eso no es precisamente una pega para la comodidad.
Con esto, y un agujero en el frontal (que no es pequeño, pero tampoco es enorme ni doble) para la cámara subjetiva, la verdad es que se consigue bastante el efecto “todo pantalla”, como después comentaremos. Los marcos de ésta no llegan a ser simétricos al 100% porque hay algo de barbilla, pero son delgados, sobre todo los laterales y el superior.
El auricular está integrado entre el borde metálico (en la parte superior) con mucha discreción y la pantalla de manera totalmente imperceptible. Los botones físicos también encajan de manera bastante discreta en el marco, viendo que además de los habituales hay un cuarto botón accesorio, llamado Smart Key, que podremos personalizar (lo veremos en el apartado de software).
La bandeja de la SIM permite colocar dos de ellas o una y la microSD. Está bastante bien diseñada y construida, de manera que la tarjeta queda bien sujeta.
Ahora sí, fijándonos en los números, es un móvil que no es ligero ni compacto, pero que tampoco queda en los más voluminosos mirando la diagonal. Más o menos está en la media de lo que solemos ver hoy en día en móviles de entre 6,5 y 6,8 pulgadas, siendo más bien alargado (como decíamos).
Altura (milímetros)
Anchura (milímetros)
Grosor (milímetros)
Peso (gramos)
Pantalla (pulgadas)
Batería
Superficie (cm2)
Volumen (cc)
TCL 20 Pro 5G
164,2
73,8
9,07
190
6,67
4.500
121,12
109,9
POCO X3 Pro
165,3
76,8
9,4
215
6,67
5.160
126,95
119,33
Xiaomi Redmi Note 10 Pro
164
75,6
8,1
193
6,67
5.020
125,46
101,62
Realme 8 Pro
160,6
77,3
8,1
176
6,4
4.500
124,14
100,36
Vivo X51 5G
158,46
72,8
8,04
181,5
6,65
4.315
115,43
92,81
OnePlus 8T
160,7
74,1
8,4
188
6,55
4.500
119,08
100,03
Samsung Galaxy S21
151,7
71,2
7,9
169
6,2
4.000
109,01
85,32
LG Velvet
167,08
74
7,85
180
6,8
4.300
123,58
97,0103
Motorola Edge
161,4
71,1
9,29
188
6,7
4.500
114,75
106,60
Huawei P40 Pro
158,2
72,6
8,95
209
6,58
4.200
114,85
102,79
La trasera, no obstante, es bastante atípica. Es como si hubiesen tomado el diseño previo (que ya era peculiar) y hubiesen aplicado un giro de 90 grados a la tira de cámaras, estando ahora en vertical. Las cámaras no sobresalen, tienen un mismo diámetro y se insertan en lo que es una tira de distinto acabado al resto de la trasera.
Esta tira es reflectante y más llamativa, con un toque metalizado, aunque la otra parte tampoco es que sea discreta. Es una trasera que juega con el reflejo y a la moda en este sentido, aunque no apta para quien busque algo más discreto.
Eso sí, aunque las curvas dan ergonomía y no se resbala, se ensucia con bastante facilidad. Se entrega una funda con el móvil que vendrá bien para proteger ante golpes, pero también para no tener que estar limpiándolo continuamente (aunque hace más grueso al móvil).
Pese a esto, el móvil está bien construido, parece robusto y los materiales cumplen con la calidad que se espera de un móvil de este precio. No parece para todos los públicos, quizás para quien quiera algo menos sobrio y más llamativo, pero en cuanto la a construcción parece ser de calidad.
Pantalla: nos sobran las curvas, TCL
A TCL le gusta presumir de pantallas y de curvas, aunque en este caso nos da un panel potenciado en algunos sentidos y descafeinado en otros. Se trata de una pantalla AMOLED de 6,67 pulgadas y resolución FullHD+ (1.080 x 2.400 píxeles), que viene con la versión 2.0 de NXTVISION, el software de ajuste propio de la marca (del que ahora hablaremos).
La pantalla tiene mayor ratio de contraste que las de los otros TCL 20, 2.000.000:1, que es un ratio considerable tanto sobre el papel como en la experiencia. No echaremos en falta más contraste, y el hecho de tener soporte HDR10 es un aliciente.
En cuanto a los colores, la pantalla viene saturadísima de fábrica. Por suerte, hay una serie de ajustes de pantalla dedicados a que esto se pueda regular, pero no el apartado de pantalla propiamente dicho, sino en el de NXTVISION (la denominación de la casa a su propia tecnología y ajustes).
Aquí vemos, en primer lugar, la posibilidad de activar las optimizaciones para imagen en general y para vídeo y juegos. Esto conviene activarlo, dado que aunque es una mejora sutil, es un extra de contraste que le sienta bien a la reproducción. Notaremos que se desactiva en cuanto cerremos o minimicemos la tarea.
Más notable es el cambio de temperatura y modo de color, especialmente si buscamos que el AMOLED se muestre algo más suavizado. A quién le guste la saturación va a tener tanta como quiera, pero a quienes buscamos algo más natural nos queda el ajuste natural propiamente dicho, pero sin poder ajustar la temperatura (que queda algo fría). El perfil de color sRGB será la opción menos saturada que permite cambiar la temperatura, pero los fucsia y los rojos siguen quedando demasiado vivos.
La pantalla da tan buena experiencia a nivel de contraste, nitidez y ajustes que es una verdadera lástima tener las curvas. No hemos tenido toques accidentales, pero no aportan nada más que sombreado a los lados y que tocar lo que caiga ahí (por ejemplo, el cursor de reproducción de YouTube) sea incomodísimo.
Cabe decir que no tenemos una tasa de refresco de más de 60 Hz, con lo cual un usuario estándar se podrá conformar y per se no es un problema. Pero cierto es que los más jugones se quedarán con ganas de más y que no es competitivo hoy en día, con 90 Hz en gama de entrada. Además, tampoco le vendría mal ese extra de fluidez en scrolls y transiciones que suelen aportar las mayores tasas de refresco.
A nivel de brillo máximo, el TCL 20 Pro va sobrado con 700 nits. Hemos tenido que reajustar el brillo automático en situaciones de baja luz porque queda muy alto, pero en general esta función responde bien y en pleno día la pantalla se ve sin problemas.
En cuanto al aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla, el fabricante juega, como ya hemos dicho, con el truco de las curvas. Según TCL, el panel ocupa el 93% del frontal, pero la sensación de todo pantalla mejoraría con un agujero algo más pequeño. y sinceramente, con las sombras en los laterales es como si fuese de un 82%.
Rendimiento: un salto en rango y en conectividad que se nota a nivel de temperatura
El TCL 20 Pro 5G dispone de este último apellido porque su procesador, el Snapdragon 750, lleva el módem que lo permite. Se trata de uno de los procesadores de la gama media más alta, bajo los intermedios 860 y 870. Llega con 6 GB de RAM, un valor que a día de hoy es la base de dicha gama, pero que tampoco suele ser poco.
En este caso no hemos visto problemas de rendimiento en tanto que hemos ejecutado cualquier tarea sin problemas. Queriendo aprovechar la pantalla hemos jugado y visto bastante contenido multimedia y los componentes han estado a la altura.
Comentar que en estos usos es bastante habitual que el móvil se caliente, llamando algo la atención en cuanto jugamos. Especialmente con el ‘PUBG’, la trasera sube bastante de temperatura en la parte central-superior.
En cuanto a los benchmarks, os ponemos el resultado de los tests de rendimiento habituales comparados a los de otros móviles de configuración similar.
TCL 20 Pro 5G
Xiaomi Mi 10T Lite
Xiaomi Mi 11 Lite 5G
Samsung Galaxy A71
Xiaomi Redmi Note 9 Pro
OPPO A5 2020
Procesador
Snapdragon 750G
Snapdragon 750G
Snapdragon 780G
Snapdragon 730
Snapdragon 720G
Snapdragon 665
RAM
6 GB
6 GB
8 GB
6 GB
6 GB
3 GB
Geekbench (Single/Multi)
673 / 1.968 (5.0)
798 / 2.883
544 / 1.683(5.0)
568 / 1.771 (5.0)
312 / 1.306(5.0)
3DMark (SlingShot)
3.972
4.076
7.279
3.532
3.499
1.181
PCMark Work
8.769
8.973
8.012
7.795
7.553
5.872
Software: el aparente olvidado en la evolución
TCL UI es una capa de personalización incisiva, afectando a los ajustes, viendo secciones repartidas de manera algo distinta a lo habitual (aunque bastante intuitivo). Lo que observaremos desde un principio es que viene bastante cargado de apps, tanto de terceros como las utilidades propias como las de Google.
Podremos borrar las de terceros, pero no las utilidades como el reproductor de música o la app “TCL+”. Aunque quizás alguna nos puedan acertar, como Netflix o YouTube, pero es algo que nos resulta un poco de otra época. Incluso hemos de tener el acceso a NTXVISION, cuando podríamos acceder cuando quisiéramos desde los ajustes o desde los toggles de la cortinilla de notificaciones.
Hay bastantes opciones de personalización, sobre todo centradas en la pantalla de inicio y de bloqueo. Para la primera podemos elegir entre espacio único o cajón, así como el tema y otros aspectos de la configuración, y para la de bloqueo podemos elegir entre el aspecto clásico o el de la marca, así como habilitar o no la pantalla ambiente.
Podremos establecer la navegación por gestos, quedando la habitual barra en la parte inferior a modo de tirador (se puede ocultar), y en la multitarea veremos opciones de pantalla partida o ventana flotante arrastrando la tarea que nos interese. Además, podremos añadir algunos gestos más a la interacción como los de captura de pantalla o configurar acciones para la tecla accesoria, de modo que si no nos interesa podemos dejarla sin ninguna y tampoco tendremos pulsaciones accidentales.
La barra Edge (este nombre nos suena) es, literalmente, el único intento de hacer funcional la curva de la pantalla y, como nos lo pareció con Samsung, tampoco creemos que una barra de acciones rápidas motive la curvatura del panel. Además, no es algo que llegue a convencer en el uso para mantenerlo (nos pasaba con la pantalla Edge en Samsung y nos pasa con la barra Edge en TCL).
Con todo ello y añadidos como las herramientas de mantenimiento o esos ajustes de pantalla avanzados que hemos descrito antes, nos parece que es una capa completa. Lo que hemos echado en falta es que no tenga la fluidez que debería, viendo que hay transiciones que se arrastran, experimentando muy puntualmente algún cierre y de vez en cuando algo de lag, bastante aleatorio (y no precisamente en los juegos, por lo que no lo asociamos a hardware insuficiente). Nos queda la sensación de que está un poco a medio cocer.
Biometría
El TCL 20 Pro 5G dispone de lector de huellas en pantalla y de reconocimiento facial. Se trata de un lector óptico en el caso del primero y de un sistema estándar en cuanto al segundo.
El funcionamiento del reconocimiento facial es más que aceptable. Nos reconoce la cara muy rápido y sin tener necesidad de tener el móvil estrictamente de frente, es decir, se desbloquea ya al activarse la pantalla de camino a nuestro rostro (si lo tenemos configurado así).
Normalmente será bastante más rápido que la lectura de huellas, la cual puede ir muy bien o no tanto. Hemos tenido una experiencia con altibajos, en general con buenas lecturas pero también viendo que en ocasiones le cuesta leer la huella (aunque parece más un problema de que a la pantalla le cuesta despertar).
Eso sí, el reconocimiento facial no funciona en la oscuridad, si bien esto es lo habitual en los sistemas sencillos (que no integran sensores específicos). En todo caso, la combinación de ambos está bien, especialmente por lo rápido que es el reconocimiento facial (hace que no llegues a necesitar la huella en condiciones de iluminación conveniente).
Cámaras: no acabamos de entender qué ha ocurrido aquí
En fotografía hay, sobre el papel, algún cambio interesante con respecto al TCL 10 Pro. Sí que vemos la manida propuesta de principal + gran angular + macro + profundidad, tan recurrida en la gama media menos ambiciosa fotográficamente, pero al menos se añade estabilizacion óptica en la cámara principal. Así quedan, junto con la frontal, las cámaras del TCL 20 Pro 5G:
Sensor Sony IMX582 de 48 megapíxeles (1/2 pulgadas, píxeles de 0,8 μm) con OIS, PDAF y lente 6P con apertura f/1.79 y campo de visión de 79 grados.
Sensor de 16 megapíxeles (1/3 pulgadas, píxeles de 1 μm) y lente 5P con apertura f/2.4 y campo de visión de 123 grados.
Sensor de 5 megapíxeles (1/5 pulgadas, píxeles de 1,12 μm) con lente 3P macro con apertura f/2.2.
Sensor de profundidad de 2 megapíxeles (1/5 pulgadas, píxeles de 1,12 μm) con lente 3P con apertura f/2.4.
Cámara frontal con sensor de 32 megapíxeles (1/2,8 pulgadas, píxeles de 0,8 μm) y lente con apertura f/2.45
El TCL 20 Pro 5G capaz de grabar hasta 4K a 30 fps, tanto con el gran angular como con la cámara principal (ahora veremos en la app que hemos de seleccionar antes la lente). Según TCL, el zoom 2x es sin pérdidas (no dispone de teleobjetivo), y además se ha incorporado un modo de desenfoque a tiempo real para el vídeo, también en la cámara frontal.
App de cámara
La app de cámara de TCL es bastante fiel a los estándares habituales, con una pestaña por modo y una de “Más” para los modos quizás más secundarios, estando ahí tanto el super macro como el disparo a máxima resolución. Lo bueno: que tiene el control del HDR como acceso rápido.
Lo no tan bueno: que la app sigue teniendo bastante lag. El cambio de modos es lento, de modo que si queremos hacer una foto a alta resolución y queremos aprovechar el instante no podremos tener el tiempo de reacción necesario para hacer el disparo.
Hay algo distinto a lo habitual: no tenemos botones rápidos de “2x” o “0,6x” en la interfaz de modo automático. El control de los aumentos o el salto a la lente gran angular aparecerán si pulsamos en el “1x” y deslizamos, lo cual no siempre es lo más cómodo.
En el modo de desenfoque de vídeo, tampoco queda muy claro si estamos añadiendo o quitando enfoque. Hay un deslizador similar al modo retrato de la cámara de fotos, pero no aparece la apertura simulada, si no el indicador de 0 a 99 (que asumimos que es porcentaje de desenfoque).
En general le falta un tanto de optimización para que funcione lo fluida que debería y cuidar estos detalles, como el saber de alguna manera que se activa el modo retrato. El editor de imágenes tampoco tiene la posibilidad de editar el bokeh a posteriori y es algo menos completo que el de otras capas.
Cámaras traseras
El hecho de que el sensor del TCL 20 Pro 5G tuviese menor resolución que el del TCL 10 Pro (48 frente a 64 megapíxeles) no era algo que nos hiciese pensar que íbamos a tener menor calidad, teniendo en cuenta que además esta vez se gana estabilización óptica de imagen. Que fuese algo más pequeño nos extrañaba, pero lo que hemos visto diferente también ha sido el procesado. Y no para bien.
En general hemos tenido resultados bastante inconsistentes: si disparamos una foto en auto, una HDR, después una con el gran angular en auto y otra con el gran angular en HDR, cada una nos sale de una manera. El balance de blancos parece aleatorio y los cambios que aplica el HDR no se corresponden en las distintas lentes.
Las fotografías que mejor salen son, como de costumbre, las de estilo macro o de primer plano. Hay un buen bokeh natural y normalmente se equilibran bien tanto colorimetría como balance de blandos.
En una escena típica de paisaje urbano de día, vemos problemas con el rango dinámico y una saturación exagerada hablando de la lente principal, a lo cual no ayuda el HDR. De hecho, esta extraña sobresaturación hace que el HDR nos saque cielos casi fucsia cuando no está atardeciendo ni mucho menos, de modo que aunque se gane algo de penumbra no conviene recurrir a este disparo.
El detalle es aceptable, de aprobado justo. Puede mejorar un poco con el disparo a 48 megapíxeles, pero perderemos rango dinámico si recurrimos a este disparo y podrá quedar lavado.
De noche la calidad es menor a la esperada, incluso considerando las condiciones. No vemos un resultado competitivo en su gama al menos en modo automático y HDR, con poca definición y mucho ruido. De hecho, casi conviene tirar directamente del modo noche, donde vemos una fotografía mucho más lograda.
El gran angular resuelve con menor detalle que las principales, como suele ocurrir en general. Pero lo extraño es que el HDR aquí ayuda y suele sentar bien (especialmente en escenas fáciles, con un nivel de iluminación que no sea exagerado y sin contraluz) y que notamos que la colorimetría llega a ser mejor y más fiel a la realidad que con la lente principal.
El modo retrato puede trabajar muy bien, si la iluminación es favorable y si jugamos para ajustar el bokeh. No nos indica la distancia de actuación ni nos aconseja, pero hemos visto que en primeros planos el resultado es mucho más natural que con planos algo más alejados.
La cámara macro saca fotos algo más grandes de lo habitual (de momento son más los móviles que rellenan este hueco con un sensor de 2 megapíxeles y el TCL 10 Pro integra uno de 5 megapíxeles). Las fotos son resultonas, nada que no esperásemos en este modo, aunque seguimos pensando que resuelve mucho mejor (aunque enfoquemos de más lejos) la cámara principal con un primer plano.
Cabe comentar que el modo macro tiene enfoque manual o automático, pero cuando el manual podría ser una ayuda y un truco con respecto a otros disparo macro, aquí vemos que el mínimo enfoque manual no es la mínima distancia de enfoque que se logra con el automático. Así que lo mejor es acercarse al máximo y darle a la pantalla para que el automático reaccione.
Cámara frontal
La cámara frontal nos transmite esa misma sensación de “montaña rusa”. Hay fotos muy buenas, con iluminación exterior e indirecta, y fotos en interiores o exteriores con ligero contraluz demasiado contrastadas y con problemas de nitidez.
El modo retrato trabaja bastante bien a nivel de tolerancia de contornos, y aunque el bokeh es muy plano podremos lograr alguna fotografía aceptable. Eso sí, en exteriores y especialmente en contraluces, convendrá activar el HDR porque si no el cielo se nos quemará.
Vídeo
La calidad de vídeo depende primeramente de la resolución que elijamos, pero quizás no como creamos. 4K es una resolución mayor y nos da tomas más grandes y en teoría con más definición, pero a cambio tenemos un extraño procesado demasiado magenta y cálido que transforma totalmente la escena. Y decimos procesado porque lo hace en las tres cámaras que disponen de 4K: la principal, el gran angular y la frontal.
Es fácil ver cómo cambia la colorimetría y el balance de blancos de una toma 4K a una a 1080p. Casi sólo por eso compensará quedarnos en 1080p, ya que además, hablando de la frontal, vemos que resuelve con solvencia si no son condiciones exigentes.
Eso sí: no se os ocurra activar el HDR, salvo de noche y con el gran angular. Las tomas salen lavadísimas, quemadas y como si hubiésemos aplicado un mal filtro de los años 2000. Ocurre en cualquier condición, sin dejar rastro de contraste y en la mayoría de casos echando a perder el vídeo.
Disponemos de estabilización óptica, que si bien no es la mejor que hemos visto es un punto que se tenga y más o menos soluciona un poco el temblor. No obstante, si andamos será inevitable que independientemente de la resolución sí queden esos temblores, que se medio-solucionan con la superestabilización, pero con ella la toma queda algo forzada.
El vídeo con bokeh nos ha sabido a poco porque, a diferencia del que hemos visto anteriormente (por ejemplo, en Samsung), en este caso no se nota nada. Además, la interfaz debería ser un poco más clara.
Como hemos comentado, para la cámara frontal vemos tomas bastante acertadas, sobre todo con iluminación indirecta. Una lástima que, teniendo 4K, los vídeos queden con ese balance de blancos tan inestable.
De noche veremos que las tomas son menos estables y que se pierde calidad, aunque en este sentido la vemos al nivel de nuestras expectativas. Lo que en general notamos que podría mejorarse es la captura del audio, cuya calidad es, en ocasiones, baja.
Sonido: aprobado raspado (aunque con minijack)
Como hemos dicho en el apartado de diseño, el TCL 20 Pro 5G dispone de un solo altavoz situado en la zona inferior. En el borde superior cuenta con minjack de 3,5 milímetros, que es una ubicación que al menos a algunos no nos resulta tan cómoda como cuando está en el borde de abajo, pero al menos lo tiene.
En general es un audio de calidad aceptable, sin alardes y que cumple bien incluso a volúmenes semi-altos, por lo que parece haber mejorado con respecto al año pasado. Sigue siendo un sonido plano, al que le falta rango dinámico y matiz, pero parece que tolera algo más la distorsión por volumen.
Es una lástima que la salida sea mono porque, además de que en la gama media ya va siendo algo más habitual el estéreo, la experiencia mejora bastante más normalmente. Tenerlo en torno al 60% de volumen es más que suficiente, dando hasta unos 70 decibelios ambientales con calidad media, sin necesidad de subir al máximo (83 decibelios ambientales, hasta 120 decibelios en la inmediata salida del altavoz), que además ya sí se distorsiona mucho.
Con auriculares ganamos algo más de calidad (por la mera naturaleza de la audición). No es una mejora espectacular, pero si queremos tener algo más de nitidez siempre será un sonido más limpio al ir directo del audífono a nuestro conducto auditivo, pero tampoco vemos ajustes para auriculares que permitan mejorar algo más la experiencia a nivel de graves u otros aspectos.
Autonomía: suficiente para no dejarnos tirados
En el TCL 20 Pro 5G han mantenido la batería de 4.500 mAh que ya vimos en el TCL 10 Pro. Pese al cambio de procesador, hemos tenido una experiencia bastante parecida, tanto en la autonomía como en la carga.
Hablando de lo primero, hemos tenido una media de 26 horas de autonomía, lo cual está bastante bien. No es de récord ni tampoco una cifra claramente competitiva, pero sirve para que no estemos dependiendo de un enchufe o un cargador y que hagamos vida normal, por así decirlo.
Lo que nos ha parecido un poco “from the past” ha sido la carga. Se ha mantenido el cargador de 18 vatios en la era de los 33, 50 o 65 vatios incluso en gama media, algo que quizás sea más conveniente a la larga para la batería, pero que nos obliga a reservar dos horas para la carga completa. Tampoco tiene carga inalámbrica.
TCL 20 Pro 5G, la opinión de Xataka
El TCL 20 Pro 5G es un móvil que cumple con lo más básico, que busca destacar en diseño, pero que no es competitivo a nivel global. Presume de pantalla y da buena experiencia a nivel de contraste, nitidez y ajustes, pero no en cuanto a la curvatura y a la tasa de refresco.
En rendimiento y batería no vemos mucha mejora con respecto a su predecesor y creemos que el software está por madurar. Da la impresión que no está tan al día como otras capas (con más recorrido y versiones) como MIUI o One UI, pero sobre todo son esos pequeños signos de inestabilidad o falta de optimización lo que no nos ha encajado.
De las cámaras y la batería esperábamos más, especialmente de lo primero. No entendemos demasiado bien la aproximación del fabricante en fotografía y casi nos gustó más en algunos aspectos el TCL 10 Pro.
Con todo esto y teniendo en cuenta la construcción y los aspectos en los que sí logra cumplir, creemos que el TCL 20 Pro 5G tiene margen de mejora, especialmente con un precio de salida poco competitivo en la gama media actual. Añadir la compatibilidad al 5G no lo es todo, y da la impresión que se han centrado en eso a la hora de aplicar evolución.
8
A favor
Muy buena construcción y materiales de calidad. La pantalla da buena experiencia a nivel de contraste y de configuración. La autonomía es solvente, sin milagros pero cumple.
En contra
Muy inconsistente en fotografía: no estamos seguros de si tendremos una buena foto casi nunca. La curvatura de la pantalla es completamente innecesaria y molesta más que aporta. El sonido debería ser más competitivo.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de TCL. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
TCL 20 Pro 5G 256GB – Smartphone de 6.67″ AMOLED FHD+ con NXTVISION (Snapdragon 750G 5G, 6GB/256GB Ampliable MicroSD, Dual SIM, Cámaras 48MP+16MP+5MP+2MP, Batería 4500mAh, Android 11) Azul
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La noticia
TCL 20 Pro 5G, análisis: su principal reclamo puede ser su peor enemigo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Anna Martí
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