Xataka – Muchos siguen convencidos de que Instagram escucha por el micrófono. El jefe de la app ha querido zanjar el tema
En una reunión entre amigos hablas de hacer una escapada de fin de semana, de casas rurales y de si merece la pena alquilar un coche. Horas después, al abrir Instagram, aparecen anuncios de agencias de viajes, portales de alquiler de coches y recomendaciones de rutas. La sensación de que el móvil “nos oye” se instala con facilidad. En este contexto, Adam Mosseri, responsable de Instagram, publicó un vídeo para desmontar ese mito y explicar por qué vemos anuncios que parecen adivinar nuestras conversaciones.
Meta lleva casi una década negando de forma tajante que sus aplicaciones accedan al micrófono sin permiso, pero las dudas nunca desaparecen del todo. Ahora la discusión vuelve a primera línea porque la compañía ha anunciado que, a partir de diciembre, las conversaciones con su asistente de inteligencia artificial también formarán parte de la personalización de anuncios y recomendaciones (este cambio no se aplicará, al menos por ahora, en la Unión Europea). La desmentida y esta novedad se han comunicado casi a la vez, lo que añade un matiz llamativo al mensaje.
Mosseri dice que no nos escuchan, mientras Meta anuncia otra novedad clave
La cercanía entre ambas comunicaciones no pasó desapercibida. El responsable de Instagram eligió un tono personal, incluso ligero, pero al mismo tiempo quiso cortar de raíz la sospecha de que la aplicación escucha a sus usuarios. Presentó esa afirmación como un punto de partida sobre el que edificar su explicación. Sus palabras fueron claras y merece la pena reproducirlas de forma íntegra:
“Nosotros no os escuchamos. No usamos el micrófono del teléfono para espiaros. Si lo hiciéramos, sería una grave violación de la privacidad. Además, agotaríamos la batería del dispositivo y lo notaríais, e incluso veríais una pequeña luz en la parte superior de la pantalla que os indicaría que el micrófono está encendido”.
Para Mosseri, lo que parece magia es en realidad el efecto de cuatro situaciones bastante comunes. Una posibilidad es que antes de hablar de un tema ya lo hayamos buscado sin recordarlo. Otra es que alguien de nuestro entorno lo haya hecho y la plataforma lo tome como indicio. También puede suceder que el anuncio nos haya aparecido antes y no le prestáramos atención, pero que más tarde se cuele en la conversación. Y queda la explicación más sencilla de todas: que se trate de una mera coincidencia.
“Quiero reiterar que no escuchamos vuestro micrófono. Sé que algunos de vosotros no vais a creerme por mucho que lo intente explicar, pero quería dejar las cosas claras. Estoy seguro de que los comentarios en esta publicación van a ser un poco intensos. Nos vemos pronto. Paz”.
No era la primera vez que la compañía intentaba zanjar la sospecha. En 2016, Facebook aseguró que no usaba el micrófono del teléfono para orientar anuncios ni para cambiar lo que aparece en el feed. Dos años después, en una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, Mark Zuckerberg fue preguntado directamente sobre el tema y respondió con un “no” igual de tajante. Años más tarde, la propia web de soporte de Meta incluyó un documento en la misma línea.
Las dudas sobre posibles escuchas también llevaron a la comunidad académica a ponerlo a prueba. En 2017, un grupo de investigadores de Northeastern University analizó más de 17.000 aplicaciones de Android, incluidas las de Facebook, para comprobar si activaban el micrófono sin que el usuario lo supiera. Tras meses de pruebas, no encontraron evidencias de que ocurriera. Sí observaron otros comportamientos de recolección de datos, pero no escuchas encubiertas. Los propios autores aclararon, eso sí, que había escenarios que quedaban fuera de su estudio.
Más allá de los estudios, hay un aspecto técnico que conviene recordar. En los móviles actuales, tanto en iOS como en Android, cualquier aplicación que quiera usar el micrófono necesita permiso explícito del usuario. Además, cuando está activo aparece un indicador en la pantalla (un punto de color o un aviso en la barra superior) que lo señala de inmediato. Esos avisos, junto con el consumo extra de batería que supondría una escucha permanente, hacen que resultara difícil ocultar un uso encubierto del micrófono sin que el usuario lo notase.
La persistencia de este mito se entiende mejor si se observa el contexto. La publicidad dirigida es tan precisa y tan difícil de descifrar para el usuario medio que resulta más sencillo atribuirla a un micrófono encendido que a un entramado de datos invisibles. También influye nuestra memoria. A eso se suma el historial de polémicas de Meta en materia de privacidad.
Imágenes | Brett Jordan | Xataka con Gemini 2.5 | Captura de pantalla
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Javier Marquez
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