Xataka – Microsoft Surface Laptop 4, análisis: rendimiento fabuloso para un equipo que deja una sensación agridulce
La división de hardware de Microsoft ha crecido. Los nuevos Microsoft Surface Laptop 4 ya están con nosotros, y en Xataka hemos querido comprobar cómo se portaban unos portátiles «puros» (con pantalla táctil, eso sí) que al menos sobre el papel daban la impresión de ser una oportunidad perdida.
¿Lo son? ¿Ha perdido Microsoft esa oportunidad de ser referente en este mercado? En nuestras pruebas con la variante de 15 pulgadas basada en los AMD Ryzen hemos podido responder a esa pregunta. Aquí, como veréis, hay luces, pero también sombras.
Ficha técnica del Surface Laptop 4
Microsoft Surface Laptop 4
Pantalla
15″ PixelSense 3:2 (2.496 x 1.664)
Soporte táctil y de lápiz
Procesador
AMD Ryzen 7 4980U
GPU
AMD Ryzen Microsoft Surface Edition Radeon Graphics
Memoria RAM
16 GB DDR4 a 2.400 MHz
Almacenamiento
512 GB SSD M.2 NVMe
512 GB SSD M.2 NVMe
Wi-Fi 6, BT 5.0
Puertos
1 x USB-A, 1 x USB-C, Surface Connect, auriculares
Batería
47,4 Wh
Webcam
720p con soporte Windows Hello
Micrófono Dual de largo alcance
Software
Windows 10 Home
Dimensiones y peso
339,5 x 244 x 14,69 mm
1,54 kg
Precio
1.849 euros
Microsoft Surface Laptop 4 – Ordenador portátil de 15″ táctil (Ryzen™ 7 4980U, 8GB RAM, 512GB SSD, AMD Radeon™ RX Vega 11 Graphics, Windows 10 Home) Plata – Teclado QWERTY Español
Negro que te quiero negro
Si te gusta el color negro, te encantará este Surface Laptop 4. El diseño de este portátil destaca especialmente por el uso de ese color en su tonalidad mate, algo que tiene un efecto curioso.
De hecho el negro lo rodea todo. La cubierta superior solo se permite integrar el logo de Windows a través de unas pequeñas «ventanas» de espejo que reflejan de forma tenue el exterior. Hasta ese reflejo es «oscuro», pero las cosas van más allá cuando abrimos el portátil y desplegamos la pantalla.
El negro lo domina prácticamente todo. Los marcos, el reposamanos, la superficie que rodea las teclas, el touchpad (un negro algo más difuso) e incluso las teclas que, eso sí, tienen sus pegatinas con los caracteres en un luminoso blanco.
Es casi como si todo en este equipo quisiera estar camuflado, y la sensación es curiosa, sobre todo cuando uno está acostumbrado a los portátiles con los habituales tonos grises del aluminio que, por cierto, también están disponibles en una de las variantes del equipo.
En ciertos momentos ese acabado tan oscuro, tan «Vantablack«, hace que el portátil no parezca un producto final, sino casi un prototipo. Por supuesto, no lo es, y una vez más la construcción es sólida y contundente.
De hecho este Surface Laptop 4 no quiere batir récords de ligereza o de delgadez, y sus dimensiones y peso son elevadas para un equipo de 15 pulgadas «puras» (y no las 15,6 pulgadas habituales que suelen ser sinónimo de los portátiles «de 15 pulgadas». Eso también se nota en los marcos de pantalla, que son «enormes» para los tiempos actuales: 11 mm salvo el inferior, de 14 mm.
Aunque los modelos del Surface Laptop 4 con pantalla de 13,5 pulgadas siguen ofreciendo el célebre tejido Alcántara para rodear al teclado y al touchpad, los modelos de 15 pulgadas solo ofrecen el metal. Por cierto: ese color negro mate parece resistir las huellas de forma decente (aunque ciertamente se notan más de lo que lo harían en los modelos de color plata), pero sí que hacen que el polvo que va acumulándose sea más perceptible.
Problema número uno: aquí cabían (muchos) más puertos
Precisamente el hecho de no ser especialmente ligero o delgado sorprende al comprobar su configuración de puertos. Aquí vemos el primer gran hándicap del equipo, que solo tiene un puerto USB-C (que no es Thunderbolt 4), un puerto USB-A y un puerto de auriculares. Eso es todo.
Ambos están en la parte izquierda, y aquí resulta decepcionante ver que no hay replicación de estos puertos en la parte derecha para evitar por ejemplo incomodidades al conectar periféricos.
Esa parte derecha se usa para integrar el puerto Surface Connect que por muy bien que funcione tiene al puerto USB-C pidiéndole paso: este último puede hacer la función de carga, pero además puede hacer otras muchas cosas.
Que en 2021 Microsoft mantenga ese puerto propietario no es buena noticia, y sobre todo vuelve a defender la obsesión de muchos fabricantes por forzar a los usuarios a comprar accesorios que solo vende ese fabricante aprovechando esos puertos propietarios.
Esa primera limitación en el área de conectividad es, creemos, imperdonable: no se trata de un portátil ultraligero ni ultradelgado, pero incluso siéndolo —criticamos lo mismo en los MacBook, por ejemplo— hubiera sido de agradecer incluir una ranura SD y desde luego más puertos USB-C, y USB-A.
En este caso de hecho un puerto HDMI no hubiera venido tampoco nada mal, aunque en este caso hay adaptadores que usan el puerto USB-C y que ofrecen esa capacidad.
En la parte inferior encontramos los cuatro pequeños topes de goma que esconden cuatro tornillos. Si los desatornillamos podremos acceder al interior, donde será posible reemplazar la pequeña unidad SSD (en formato M.2 2230). Microsoft no pone las cosas aquí demasiado fáciles, no obstante, y la memoria está soldada y no permite ser ampliada o sustituida.
Lo bueno del Surface sigue ahí
Si hay algo que sin duda brilla en todos los productos de la familia Surface son sus pantallas, y el Surface Laptop 4 no es la excepción. La diagonal de 15 pulgadas es estupenda para trabajar, como lo es también para muchos el formato 3:2 que la empresa lleva tiempo usando en sus dispositivos y que permite maximizar la resolución vertical.
Lo hace, cierto, pero también perjudica a quienes como yo trabajan con ventanas enfrentadas como modo de trabajo habitual. El formato 3:2 sigue estando muy pensado a trabajar con una sola ventana maximizada en primer plano, y ciertamente si ese es tu caso de uso estarás ante una interfaz que desde luego ofrece muchísimas ventajas.
De hecho la verdadera ventaja de esta pantalla es ese panel PixelSense que permite disfrutar de una resolución realmente fantástica (2.496 x 1.664 píxeles) y con una calidad sobresaliente.
El acabado brillo hace que esa pantalla sea aún más espectacular, pero eso plantea problemas en exteriores, donde habrá reflejos que pueden molestar al usuario. Por lo demás, la definición y calibración —la reproducción de color siempre ha sido uno de los fuertes de los Surface Pro y los Surface Laptop— sigue siendo destacable, y estamos ante una de las mejores pantallas del mercado.
Esa misma sensación dan tanto el teclado como el touchpad. En el primer caso estamos ante una distribución que «respira», con teclas bien separadas, amplias y con un tacto y recorrido destacables. La resistencia a la pulsación es ligera pero clara, y las teclas de función se «esconden» con las funciones alternas, como los controles multimedia.
El único pero que se le puede poner al teclado es no estar acompañado de un sensor de huella, una práctica cada vez más habitual entre los fabricantes y que hubiera sido un buen complemento para el apartado de la biometría que, eso sí, sigue estando bien resuelto por la webcam incluida en el equipo.
Esta última no es especialmente destacable —sigue siendo 720p— pero desde luego cumple con su cometido, aunque ciertamente tras el auge de la videoconferencia que hemos vivido con la pandemia quizás hubiera sido una gran oportunidad para dar un salto en este apartado.
Es una lástima que Microsoft no haya aprovechado tampoco su oportunidad aquí, sobre todo teniendo en cuenta que los marcos de pantalla daban margen de maniobra y que los Surface Pro sí resuelven mucho mejor este apartado (aunque ciertamente su grosor ayude a ello).
El touchpad es por otro lado otro de los componentes destacados de esa experiencia de usuario. Es grande (aunque había sitio para hacerlo aún mayor) y su tacto y respuesta es, como de costumbre, sobresaliente. Aquí tenemos además otra ayuda importante: el panel de este Surface Laptop 4 es táctil, lo que invita a interactuar directamente con la pantalla en todo momento.
El rendimiento es fantástico, pero soñábamos aún con más
Que Microsoft haya dado el salto al fin y ofrezca proceadores de AMD en sus Surface Laptop es una gran noticia, pero aquí tenemos una sensación agridulce: no aprovecha la familia Ryzen 5000 que AMD presentó en octubre de 2020.
En lugar de eso estos portátiles aprovechan la generación anterior de los Ryzen 4000 que sin duda era notable, pero que llega algo tarde a estos equipos. La decisión duele más si tenemos en cuenta que el precio de este portátil no es ni mucho menos económico.
Si dejamos atrás esa consideración, lo cierto es que este procesador se comporta de forma estupenda. Está basado en la arquitectura Renoir y la microarquitectura Zen 2, y sus ocho núcleos funcionan a una frecuencia base de 2 GHz pero pueden escalar a 4,4 GHz en modo Turbo. Eso, claro está, da mucho margen de maniobra a este micro de 7 nm que es una vuelta de tuerca a los ya más que decentes Ryzen 7 4800U.
Además de esos ocho núcleos para su CPU, esta APU cuenta con una gráfica integrada Radeon RX Vega 8, que Microsoft ha rebautizado con un nombre algo pomposo (A»MD Ryzen Microsoft Surface Edition Radeon Graphics») y que integra 8 CUs a una frecuencia que puede llegar a los 1.750 MHz.
Surface Laptop 4 (Ryzen 7 4890U)
Surface Laptop 3 (AMD Ryzen 5 3580U)
Surface Pro 7+ (Core i5-1135G7, Intel Iris Xe)
Surface Pro 7 (Core i5-1035G4, Intel Iris Plus)
PCMark 8 Home
3.809
3.337
3.445
3.025
PCMark 8 Creative
4.395
3.574
4.084
3.407
PCMark 10
4.796
4.014
3.975
n.d.
Geekbench 5 (Single / Multi)
1.053 / 6.663
847 / 2.903
1.284 / 4.535
n.d.
3DMark Cloud Gate
19.586
11.875
13.061
9.371
3DMark Sky Diver
12.427
7.827
7.493
n.d.
Cinebench r20 (Multi)
3.428
1.549
1.747
1.312
Los datos no dejan lugar a dudas: el Surface Laptop 4 da un salto enorme con respecto a su predecesor en rendimiento, pero eso no resulta tan llamativo si tenemos en cuenta que las diferencias entre los Ryzen 3000 que se usaron por ejemplo en el anterior Surface Laptop 3 quedaron también claramente detrás de sus renovados Ryzen 4000 en muchos otros equipos.
Las cifras en todas las pruebas demuestran cómo este equipo gana lógicamente a su predecesor, pero es además claramente más potente que el Surface Pro 7+ que analizamos hace poco y que está basado en los procesadores Intel Core de 11ª generación.
La mejora se nota desde luego en los benchmarks de productividad, pero es la GPU la que más llama la atención y se sitúa a una distancia sideral de la versión de la Intel Iris Xe de los Core i5 de la citada tableta convertible de la propia Microsoft. No es una comparación del todo justa (habría que comparar con el chip más potente de Intel para esa tableta) pero aún así el dato es llamativo.
De hecho esas puntuaciones dejan claro que aunque no se trate de un equipo destinado al gaming, es posible disfrutar de experiencias decentes incluso en juegos exigentes. Eso sí: en esos casos tendremos que jugar con resolución y nivel de detalle: en ‘Shadow of the Tomb Raider’ obtuvimos una tasa de 32 FPS en resolución 1.366 x 768 y con nivel medio de detalle, por ejemplo: la fluidez era suficiente para jugar cómodamente aunque ciertamente la calidad visual perdía enteros a esa resolución.
Además del rendimiento de su CPU y GPU, pudimos analizar también este equipo con otras pruebas como CrystalDiskMark, que nos permitió conocer el rendimiento de su unidad de almacenamiento. En dicha prueba se alcanzaron los 2.295 MB/s en lectura y los 1.055 MB/s en escritura, cifras notables que desde luego ayudan a que el comportamiento del equipo sea fluido tanto en el lanzamiento de aplicaciones como en las transferencias de archivos.
Los niveles de ruido del equipo están realmente acotados, y es raro que oigamos cómo los ventiladores se ponen en marcha: solo lo hacen cuando mantenemos bastante tiempo el equipo a máximo rendimiento, y aún así el nivel de ruido que provocan, aunque perceptible, no es tan molesto como el de otros equipos de su gama.
Los altavoces integrados no tienen rejilla de salida: el sonido sale «de debajo de las teclas» literalmente, pero el resultado es sorprendentemente bueno y permite disfrutar de contenidos multimedia sin problemas. Como siempre, unos buenos auriculares o altavoces ayudan en este apartado, pero eso, unido a la calidad de la pantalla (si no estás en exteriores) hace que ver vídeos, series y películas en el equipo sea desde luego una clara demostración de lo mucho que se puede disfrutar de este hardware.
Hay además buenas noticias para la eficiencia energética, aunque aquí Microsoft ha tomado también una decisión decepcionante. Los modelos de 15 pulgadas tienen la misma capacidad de batería de los modelos de 13,5 pulgadas: 47 Wh, una capacidad que podría haber sido sensiblemente mayor en el modelo que nos ocupa.
Aún así la autonomía del equipo es destacable, y en nuestras pruebas superó las 10 horas sin despeinarse, algo que debemos agradecer a un procesador especialmente eficiente. Nos hubiera gustado saber qué hubiera pasado con un teórico salto a los Ryzen 5000, que son aún más eficientes, pero aún así el dato es estupendo.
Microsoft Laptop 4: la opinión y nota de Xataka
Lo dijimos en su presentación y no podemos más que reafirmarnos tras el análisis: el Surface Laptop 4 es un cúmulo de oportunidades perdidas. Microsoft ha sido demasiado conservadora y eso hace que este equipo, que es desde luego estupendo, pudiera haber sido mucho mejor.
Lo podría haber sido de ser otra su propuesta en el apartado de la conectividad, que resulta rácana y que sigue condenándonos al uso del conector Surface Connect. También en el del procesador, que es sobresaliente pero que podría haber sido de matrícula. Y por último en la batería, que de nuevo podría haber aprovechado las dimensiones del equipo para plantear aún más autonomía.
Todo ello lastra un equipo que es muy caro para lo que ofrece: los 1.850 euros lo sitúan en una gama de productos en los que las propuestas son mucho, mucho más ambiciosas, tanto en CPU como en gráficas dedicadas y, desde luego, en el ámbito de los puertos de conexión.
Es cierto que el Surface Laptop 4 se comporta de forma notable, pero ni el precio ni el momento en el que llega justifican esas prestaciones, que, insistimos, podrían (¡deberían!) haber sido aún mayores. Es como si el Surface Laptop 4 llegara tarde, porque muchas de sus decisiones parecen «casi» de otra época.
Sea como fuere, sus virtudes son claras: la pantalla es una delicia, el teclado y el touchpad se comportan a la perfección y la construcción, aunque perezosa con la reducción de marcos, es tan notable como de costumbre en el hardware de Microsoft. Eso, lamentablemente, no nos parece suficiente a la vista de la competencia, pero está claro que si estás dispuesto a pagar su precio y no te importan tanto esas oportunidades perdidas, te llevarás a casa un equipo con el que podrás trabajar muy a gusto.
8,5
9
A favor
La pantalla sigue siendo una delicia
Los Ryzen 4980U se comportan de maravilla
Construcción sólida
En contra
Demasiado limitado en su oferta de puertos de conexión.
La batería podría haber sido sensiblemente mayor.
El procesador de AMD elegido ya es «viejo» a estas alturas.
Precio elevado.
Microsoft Surface Laptop 4 – Ordenador portátil de 15″ táctil (Ryzen™ 7 4980U, 8GB RAM, 512GB SSD, AMD Radeon™ RX Vega 11 Graphics, Windows 10 Home) Plata – Teclado QWERTY Español
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Microsoft. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Microsoft Surface Laptop 4, análisis: rendimiento fabuloso para un equipo que deja una sensación agridulce
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Pastor
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