Xataka – La NASA al fin tiene su mochila para que los humanos exploren el remoto Polo Sur de la Luna: KNaCK
Olvídate del titular y la foto de arriba y vamos a tirar de imaginación. Supón que eres un explorador y debes viajar a un lugar desconocido, inhóspito, desértico. Ahora piensa que no tienes mapas precisos de los que puedas fiarte, ni GPS y que el lugar por el que debes moverte es un páramo del Polo Sur de la Luna, a cientos de miles de kilómetros de casa, con una topografía que puede depararte alguna que otra sorpresa desagradable y en el que quizás —para rizar el rizo— apenas veas nada.
¿Asusta, eh?
Para hacer esa clase de expediciones mucho más llevaderas y teniendo en cuenta que el Programa Artemis ha puestos sus ojos ya en el Polo Sur de nuestro satélite, la NASA y sus socios han creado una herramienta que seguramente hubiese hecho las delicias de David Livingstone o James Cook. Básicamente, consiste en una “mochila lunar”, un equipo relativamente cómodo que permitirá a los astronautas generar mapas 3D del terreno en tiempo real, a medida que avanzan.
Objetivo: paseos lunares más seguros
El dispositivo se llama Kinematic Navigation and Cartography Knapsack —NKaCK, para los amigos— y consiste en un escáner LiDAR móvil, un método de teledetección que usa un haz láser para medir distancias. Su clave es un tipo especial de LiDAR (FMCW-LiDAR) que opera con millones de puntos de medición por segundo y ofrecen al explorador una ayuda valiosa a la hora de desplazarse: un sistema de navegación con un mapa de alta resolución del terreno que le rodea.
Simplificando, Michael Zanetti, científico planetario y director del proyecto KNaCK, lo compara con las alarmas de proximidad de alta sensibilidad que permiten a los coches inteligentes evitar obstáculos. Otra forma de verlo es como “una versión superpoderosa” de los telémetros láser.
“El sensor ayudará a garantizar la seguridad de los astronautas y rovers en un entorno sin GPS como la Luna, identificando distancias reales a puntos de referencia lejanos y mostrando a los exploradores en tiempo real cuánto han recorrido y cuánto les queda por recorrer para llegar a su destino”, abunda Zanetti. No será su única utilidad. Como herramienta topográfica que es, KNaCK ayudará al mapeo científico y la elaboración de planos 3D de ultra alta resolución con una precisión de centímetros.
¿Por qué un dispositivo así justo ahora? En buena medida la NASA tiene vista la puesta en el Programa Artemis y su objetivo de llegar al Polo Sur, región con unas condiciones tan peculiares como duras. “El Sol nunca se eleva más de tres grados sobre el horizonte lunar allí, dejando gran parte del terreno en sombras profundas. Eso hace que las distancias a varios puntos de interés sean difíciles de observar”, señala la agencia espacial estadounidense, que recuerda además que durante sus expediciones los astronautas están condicionados por las reservas de oxígeno que portan.
“Como seres humanos, tendemos a orientarnos en función de puntos de referencia: un edificio específico, una arboleda… Esas cosas no existen en la Luna —comenta Zanetti—. KNaCK permitirá a los exploradores determinar de forma continua su movimiento, dirección y orientación hacia picos lejanos o hacia su base de operaciones. Incluso pueden marcar sitios específicos donde encontraron algún mineral o formación rocosa única para que otros puedan volver fácilmente”.
Al funcionar incluso en la oscuridad total el sistema permitiría a los exploradores y rovers mapear barrancos, montañas o cuevas sin que deban transportar pesados equipos de iluminación. Una de sus grandes ventajas es precisamente el tamaño de KNaCK, que permite utilizarlo en lo que la agencia ya define —tirando de ironía y símil explorador— como una “mochila lunar”.
Zanetti y su equipo ya piensan sin embargo en ir más allá, un siguiente paso que aligere aún más el dispositivo, que ahora peso 18,1 kilos, y hacerlo más resistente. “Aprovechando los últimos avances de la tecnología LiDAR, nuestra unidad espacial de próxima generación tendrá el tamaño aproximado de una lata de refresco y podría permitir operaciones en la superficie lunar como nunca antes», señala. Su objetivo es montarla en un vehículo o en el lateral del casco de un astronauta.
De momento KNaCK, que arrancó en 2020, ha podido probar ya su prototipo en el campo volcánico Potrillo, en Nuevo México, y en una reconstrucción en 3D de la barrera de dunas marinas.
El objetivo: que los paseos polares por la Luna resulten un poquito más cómodos (y seguros).
Imágenes | NASA/Michael Zanetti
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La noticia
La NASA al fin tiene su mochila para que los humanos exploren el remoto Polo Sur de la Luna: KNaCK
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por
Carlos Prego
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