Xataka – Bajo las olas del Mar del Norte se esconde la gran apuesta energética: 45.000 toneladas de hidrógeno verde al año

Bajo las olas del Mar del Norte se esconde la gran apuesta energética: 45.000 toneladas de hidrógeno verde al año

Durante décadas, el Mar del Norte fue sinónimo de petróleo y gas, sosteniendo buena parte de la economía y el suministro energético europeo. Hoy, en plena transición hacia las renovables, ese mismo mar se perfila como escenario de un cambio de era: allí no se ha descubierto un yacimiento oculto, sino que se proyecta la producción de 45.000 toneladas anuales de hidrógeno verde

¿Esto es posible? Algunos medios han replicado la misma narrativa de encontrar un yacimiento natural de hidrógeno en el Mar del Norte, pero la realidad es muy distinta. Un comunicado oficial de TotalEnergies y Air Liquide anunciaban dos proyectos de electrólisis en Países Bajos y Bélgica que, sumados, podrían producir esa cantidad de hidrógeno verde cada año a partir de electricidad renovable generada en el parque eólico marino OranjeWind.

En definitiva, no hay un depósito de hidrógeno «bajo el mar». Lo que hay es potencial de producción gracias a turbinas eólicas offshore que suministran energía a electrolizadores capaces de dividir el agua en oxígeno e hidrógeno. La electrólisis consiste en aplicar electricidad (si procede de fuentes renovables, como la eólica, hablamos de hidrógeno “verde”) a agua previamente tratada para separar sus moléculas en oxígeno e hidrógeno. Posteriormente, el hidrógeno se comprime o se transporta mediante tuberías hacia su uso industrial o energético.

Hay muchos planes a la vista. El proyecto mencionado arriba contempla un electrolizador de 250 MW en Zeeland con capacidad para producir hasta 30.000 toneladas al año, está previsto para 2029. También, hay un de “tolling” con el electrolizador ELYgator en Maasvlakte, con 15.000 toneladas anuales destinadas a la refinería de Amberes, operativo dentro de dos años. Este esquema significa que TotalEnergies no construye ni opera directamente ese electrolizador: cede su electricidad renovable a Air Liquide, que la transforma en hidrógeno, y TotalEnergies paga por esa capacidad de producción 

Además, en Europa se desarrollan otros proyectos como HOPE (Hydrogen Offshore Production for Europe), coordinado por la francesa Lhyfe. Este instalará un electrolizador de 10 MW frente a la costa de Bélgica y espera producir sus primeras cuatro toneladas diarias en 2026, demostrando la viabilidad de generar hidrógeno directamente en alta mar. 

¿Pero hay algo en movimiento? Desde hace tres años se han probado pilotos como Sealhyfe, una pequeña planta offshore también de Lhyfe. Sin embargo, dar el salto a la producción a gran escala enfrenta varios obstáculos:

  • Costes elevados: un solo electrolizador como el de Zeeland supone unos 600 millones de euros de inversión.
  • Desafíos técnicos: corrosión, tormentas y mantenimiento en condiciones marinas.
  • Impacto ambiental: parques eólicos offshore pueden afectar a la biodiversidad marina, la pesca o provocar colisiones de aves con turbinas.
  • Regulación fragmentada: cada país del Mar del Norte aplica normas distintas, lo que retrasa proyectos comunes. 

Un mar estratégico. La Unión Europea se ha marcado como meta impulsar el hidrógeno renovable para descarbonizar sectores difíciles de electrificar —como el acero, el cemento o el transporte pesado— y reducir la dependencia del gas fósil. Para 2030 quiere contar con decenas de gigavatios de electrolizadores instalados. En paralelo, su estrategia de energías renovables offshore prevé alcanzar hasta 300 GW de capacidad eólica marina en 2050, gran parte en el Mar del Norte

Ahora bien, el Mar del Norte no pertenece a la UE como un todo: está repartido en zonas económicas exclusivas (ZEE) de distintos países, entre ellos Países Bajos, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Reino Unido y Noruega. Eso significa que cada proyecto debe ajustarse primero a la normativa del país en cuya ZEE se encuentre. Para superar esa fragmentación y dar escala a la transición energética, Bruselas impulsa iniciativas de cooperación transfronteriza como el North Seas Energy Cooperation, que busca armonizar reglas e interconectar proyectos entre países vecinos.

Adiós gas y petróleo. El Mar del Norte fue durante décadas símbolo de la dependencia europea del oro negro y el gas. Hoy podría convertirse en laboratorio de la transición energética. El “tesoro” no está escondido en cofres bajo el mar: es un reto que requiere inversión, cooperación política y avances tecnológicos. Solo si se superan esas barreras, las cifras dejarán de ser titulares llamativos para convertirse en una verdadera revolución energética. 

Imagen | FreePik

Xataka  | Cuánta electricidad produce cada país del mapa con energías renovables, expuesto en un gráfico


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por
Alba Otero

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