HardZone – ¿Cómo saber si un procesador es bueno o malo para overclocking?

El overclocking no es más que subir la velocidad de reloj de un procesador por encima del valor de fábrica. Existen modelos dentro de una familia de procesadores que tienen la capacidad de subir su rendimiento más allá de otros modelos más caros. ¿Cómo podemos identificar los modelos de procesador que mejor suben de velocidad? ¿Y, por tanto, los que mejor se benefician?

No todos los procesadores tienen la capacidad de recibir una subida de su velocidad de reloj, especificada en MHz o GHz en sus características técnicas. Ya que dependerá del tipo de ordenador para el que hayan sido diseñados. Así pues, las CPU sin capacidades para el overclocking serán aquellas pensadas para sistemas de muy bajo consumo y sistemas de refrigeración pasivos o cuasi inexistentes. Mientras que en el lado contrario de la balanza, las que se encuentren diseñados para funcionar con un TDP muy alto, producto de un alto consumo energético y, por tanto, diseñadas para un ordenador con un sistema de refrigeración cuanto menos avanzado.

Es por ello que si hemos adquirido las piezas necesarias para tener una torre con un buen sistema de refrigeración nos va a interesar mucho tener un procesador de Intel o AMD al que le podamos realizar el overclock pertinente. El motivo detrás de ello no es otro que en el fondo estamos comprando un procesador por menor precio que el que nos da su rendimiento en comparación con otros de su misma familia. Veamos, por tanto, como identificarlos.

¿Cuál es el mejor procesador de Intel o AMD para el overclocking?

Lo primero que hemos de tener en cuenta que no todos los procesadores son aptos para overclocking. Sin embargo, esto es algo que podemos saber fácilmente en el caso de los procesadores de escritorio con solo mirar el nombre del procesador.

Si el nombre de un procesador de AMD termina en X entonces esto significa que está preparado para el overclocking de serie y, por tanto, podremos variar la velocidad de reloj del procesador.
En el caso de los procesadores de Intel, estos llevan la coletilla unlocked en la caja.

Otra forma de saberlo es por el TDP del procesador, normalmente aquellos con un TDP de 65 W no son aptos para el overclocking. En cambio, los que alcanzan dicho valor con más de 100 W sí que tienen dicha capacidad. Es por ello que es importante mirar las especificaciones del futuro procesador de tu PC en las páginas oficiales de Intel y AMD. Otro punto que deberás tener en cuenta es la placa base, los chipsets más baratos no suelen soportar funciones para el overclock.

Casos especiales

Dado no podemos asegurar que todos los procesadores de una misma oblea salgan exactamente iguales. En algunos casos, incluso puede ocurrir que de una remesa de un modelo concreto de procesador pueda alcanzar velocidades de reloj más altas que las especificadas oficialmente. Claro está, que como contrapartida a ello consumos mucho más altos. Dichos modelos suelen ser detectados en los test de calidad y etiquetados muchas veces como modelos de un rango superior. Por lo que es muy difícil que esto ocurra y es como encontrar una pepita de oro.

Tampoco nos podemos olvidar cuando un modelo concreto de procesador aparece en el mercado y se descubre que tiene un margen de overclocking muy grande. Lo que les permite a los usuarios llevarlo más allá que otros modelos más caros. Al igual que el caso anterior no es la norma, pero si suele ocurrir esto tiene como consecuencia la retirada de la CPU que se ha visto superada y un eventual aumento de precio. No olvidemos que en el mundo de los procesadores, el valor principal es la capacidad de procesamiento. Es decir, cuanto más rápido es, entonces más caro.

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