Xataka – Surface Pro 8, análisis: lejos de pasar de moda, el rey de los convertibles se hace más poderoso todavía
La madurez de la familia Surface de Microsoft ya la veníamos apreciando desde hace generaciones. Pequeños avances que llegan con la necesaria actualización de componentes forman ya parte de la hoja de ruta anual de los nuevos modelos.
El reciente Surface Pro 8 no altera pero sí mejora su característico factor de forma al tiempo que trae consigo más novedades interesantes que los últimos modelos. Lo hace principalmente en la parte de la pantalla, que ahora alcanza un refresco de 120 Hz.
Como no podía ser de otra forma, en Xataka ya hemos analizado a fondo la nueva Surface Pro 8 y os lo contamos todo a continuación.
Ficha técnica del Microsoft Surface Pro 8
Surface Pro 8
Pantalla
13″ Pixel Sense Flow (2.880 x 1.920 px, 267 PPP)
Táctil 10 puntos, Formato 3:2, 120 Hz, Dolby Vision
Procesador
Intel Core i5-1135G7
Intel Core i7-1185G7)
GPU
Intel Iris Xe Graphics
Memoria
8 GB / 16 / 32 GB LPDDR4x
Almacenamiento
512 GB / 1 TB SSD NVMe (reemplazable de 128 y 256 GB)
Conectividad inalámbrica
Wi-Fi 6, Bluetooth 5.1
Redes móviles 4G/LTE (módem Snapdragon X20)
Puertos
2 x USB-C 4.0 Thunderbolt 4, 1 x minijack, 1 x Surface Connect
1 x Puerto para Type Cover, 1 x Ranura nano SIM
Cámaras
Sensor trasero de 10 MP (vídeo 4K), sensor frontal de 5 MP
Sonido
Altavoces estéreo de 2 W con sonido Dolby Atmos
Seguridad
Reconocimiento facial con Windows Hello
Sistema Operativo
Windows 11 Home
Sensores
Acelerómetro, giroscopio, magnetómetro y sensores de colores de ambiente (brillo y color)
Dimensiones
287 mm × 208 mm × 9,3 mm
Peso
891 g (sin la funda con teclado)
Precio
Microsoft Surface Pro 8 – Ordenador portátil 2 en 1 de 13″ (Intel Core i5-1135G7 11th Gen, 8GB RAM, 128GB SSD, Iris Xe graphics, Windows 11) Plata
Un Surface más contundente
Las mejoras que Microsoft ha ido añadiendo a modelos «superiores» al Surface Pro 7, el legalmente miembro de la generación anterior de este Surface Pro 8, han llegado de manera abrumadora a este nuevo convertible de la empresa de Redmond.
El convertible de Microsoft ofrece una apariencia más estilizada que la generación Pro anterior aunque la vista en realidad nos engaña. Su grosor sube de 8.5 a 9.3 mm y su peso aumenta ligeramente por el crecimiento también de la diagonal de pantalla.
Ahora, la báscula, sin funda-teclado ni lápiz, marca unos 100 gramos más hasta alcanzar los 891 gramos, por lo que pierde recorrido como tablet clásico, un sacrificio que, como veremos, le beneficia en su, para mi gran rol, el de portátil.
Pero en mano, la sensación sigue siendo muy buena por un diseño donde hay suaves curvas, lo que lo hace un dispositivo muy agradable al tacto y a la vista, estando disponible en dos tonos diferentes: platino y grafito.
Al tacto, desde el acabado metálico al esmero y cuidado por los detalles, todo suma en pro de tener la sensación de estar ante un equipo de gama alta y diferenciador.
Al observar el Surface Pro 8 siguen siendo evidentes los marcos, especialmente el superior e inferior, pero en un equipo que todavía mantiene la idea de que podamos querer usar bastante tiempo en formato tablet, esto por ahora es muy poco negociable. Pese a ello, Microsoft ha hecho un excelente trabajo en este aspecto.
No falta en este Surface Pro 8 uno de sus grande aciertos y ya un símbolo del producto: el soporte trasero integrado y regulable completamente. Funciona de nuevo a la perfección y cumple con su misión con eficacia ya sea para colocar la pantalla levemente inclinada para usarla en modo portátil como casi a ras de mesa para poder dibujar con el lápiz táctil.
También en el diseño de este Surface Pro 8 se mantiene la gran idea de Microsoft para tener de manera accesible la unidad SSD (oculto además bajo el soporte trasero), lo que permite mejorarla rápida y fácilmente si así lo deseamos.
Dos puertos USB-C Thunderbolt 4 al poder
Lejos estamos todavía de poder contar los puertos de un Surface Pro al estilo de como lo hacemos con un portátil al uso. Ojo, no hablamos de los ultrabooks que optaron por limitar tanto la conectividad que apenas podías contar con un par de puertos en todo su diseño.
El Surface Pro 8 dispone de los conectores especiales tanto para el teclado como para la carga propietaria (Surface Connect), que ya no es única sino que se acompaña de la carga vía USB-C.
Para ello se han situado dos puertos USB-C compatibles con Thunderbolt 4 que nos permitirán también conectar pantallas externas, aunque no es algo que encaje demasiado con la idea detrás de este equipo convertible.
Y hasta aquí llega la lista de puertos de este Surface Pro 8 si obviamos el puerto de auriculares. ¿Son necesarios más en un equipo de estas características? Ya dependerá de cada usuario, pero siempre nos quedarán los adaptadores o algún dock a modo de estación de conexión.
La pantalla vuelve a ser la referencia de un Surface Pro
Ya sea con el teclado colocado o sin él, el Surface Pro 8 tiene todo el protagonismo en su pantalla. Y más ahora que su pantalla ya pude presumir de una diagonal de 13 pulgadas, cifra mágica, alcanzado con ello el estándar de los portátiles ligeros de los últimos años.
Pero no está en la diagonal la única novedad del Surface Pro 8. En realidad casi es lo de menos. Mucho más relevante es la llegada del refresco de 120 Hz, el cual hace que la experiencia visual y de fluidez gane muchos enteros y ponga a este convertible de Microsoft en cabeza de los portátiles no gaming del mercado en este aspecto.
La pantalla del Surface Pro 8 ofrece una resolución de 2880 x 1920 píxeles para mantener una densidad de píxeles de 267 ppp. Es también un panel Dolby Vision, marcando un brillo máximo de 450 nits.
Con todo ello y una correcta fidelidad de color (pero no la mejor para profesionales de la imagen), la experiencia visual con el Surface Pro 8 es excelente tanto para disfrute de contenido como para tareas de trabajo o estudio.
Respecto al uso de los 120 Hz, la gestión de refresco de la pantalla solo puede hacerse por ahora de manera manual dentro de la configuración del equipo. Y si bien la experiencia con los 120 Hz es abrumadora en un dispositivo de este tipo fuera del ecosistema Apple, también lo es el aumento de consumo que penaliza ligeramente la autonomía, como veremos más adelante.
Además del sensor de luz ambiente para adaptar el brillo de manera automática según la luminosidad, la nueva pantalla incluye también sensor de color para adaptar la tonalidad del panel. Microsoft denomina la tecnología como Adaptative Color y funciona muy bien y de manera completamente transparente para el usuario.
El sonido de este nuevo Surface Pro 8 está a un buen nivel pese al poco grosor del equipo. Contamos con dos altavoces estéreo de 2 W y que además son compatibles con Dolby Atmos. La experiencia inversiva es bastante intensa aunque no gozamos de los mejores graves ni tampoco podemos apurar con volúmenes muy altos para evitar distorsiones.
También el Surface Pro 8 es un muy solvente equipo para la recogida de audio, algo que ya veremos que hace que este equipo pueda ser considerado como una excelente herramienta para tener reuniones virtuales en, literalmente, cualquier sitio.
Estreno de un nuevo Surface Pen
La pantalla del Surface Pro 8 se hace ahora compatible con el reciente Surface Slim Pen 2, una evolución del Surface Pen que nos tare acertijos tanto a nivel de diseño y ergonomía como de funcionamiento.
Lo primero que llama la atención de este nuevo Surface Pen es su diseño, plano y acortado en dimensiones. Al principio resulta extraño este diseño no clásico pero es fácil acostumbrarse a su factor de forma si bien perdemos cierta nostalgia del gesto habitual para agarrar un lápiz.
Lo más innovador del nuevo Surface Slim Pen 2 es el sistema de microvibraciones que pretenden darnos feedback realista al dibujar o escribir sobre la pantalla de la Surface Pro 8. Todavía pendiente de compatibilidad con más aplicaciones que Whiteboard y las básicas del sistema operativo, la experiencia es menor y todavía poco relevante.
Mucho mejor me ha resultado el hecho de que el Surface Slim Pen 2 tenga su sitio reservado en el teclado Surface Pro Signature. Colocado en ese lugar, además de a resguardo y oculto, el Surface Slim Pen 2 también se mantiene cargado de manera sencilla.
Cámaras capaces de grabar vídeo a 4K
Nunca he sido un defensor de las cámaras en los tablet. Pero claro, hablábamos de opciones de baja calidad o sin un claro enfoque dentro del funcionamiento global del dispositivo en el que quedaban englobadas.
Con el salto de potencia, mejoras en la pantalla y los stylus tan completos, por no hablar del software disponible, tener una buena cámara en un convertible o tablet ya no lo veo tan mal.
Por eso me alegro de que este Surface Pro 8 incluya una cámara trasera de 10 MP capaz de capturar vídeo a 4K, una opción interesante para hacer fotos o vídeos que luego podemos editar o toquetear de manera potente y eficaz, todo ello cómodamente tumbados en el sofá.
Más evidente hoy en día es la necesidad de una solvente cámara frontal. En este Surface Pro 8 nos encontramos con una cámara de 5 MP (vídeo a 1080p) que resulta una delicia para realizar videollamadas. Ojalá podamos pronto decir lo mismo de las webcam de portátiles de incluso mucho más precio.
La cámara frontal hace las veces también de sistema de identificación biométrica al ser compatible con Windows Hello. Y su funcionamiento es rápido, fiable y sobre todo muy cómodo.
Un teclado «un poco más teclado» y menos funda
Sin mucho margen de trabajo por el peso extra que aportaría al conjunto (ya hablamos de 280 gramos más), el teclado Signature para el Surface Pro 8 gana más empaque como teclado. Parece más sólido y robusto, algo que se agradece a la hora de escribir con él, aunque todavía no alcanza la experiencia con teclados externos más rígidos.
El perfil del teclado sigue siendo reducido pero la experiencia de escritura es de gran nivel, con un respuesta perfecta y a la que es muy rápido acostumbrarse. Dispone de fila completa de teclas de función y algunos botones dedicados para accesos directos de Windows, configuración del equipo o controles multimedia.
Otro detalle que me ha gustado es que el teclado viene cubierto del textil Alcantara, que le da un aspecto lujoso y agradable.
En el teclado no falta sitio para el touchpad, el cual, dentro de las limitaciones por su lógico reducido tamaño, cumple su función de manera sobresaliente. No hay problemas con los gestos ni tampoco con la respuesta y se agradece que, pese a ser un elemento externo al propio Surface, ese panel sea de cristal. Tan solo nos ha molestado el clic tan profundo y sonoro.
Como ocurre en el caso del Surface Slim Pen 2, el teclado no va incluido de serie a pesar de que intuyo que un altísimo porcentaje de los potenciales compradores acaba por adquirirlo. ¿Por qué no hacerlo ya formar parte del propio Surface Pro y no llevarse luego una desilusión?
En todo caso, su precio de 280 euros (incluye el Surface Slim Pen 2 o por 200 euros sin el lápiz) no queda muy lejos del precio de los teclados externos de calidad del mercado al que hay que sumarle la total y rápida integración con la pantalla.
También existe la opción de comprar la versión de este teclado Signature pero con lector de huellas incluido. Cuesta apenas 20 euros más y es recomendable si echas de menos esta opción para identificarte y no tienes suficiente con la biometría de tu rostro.
También con la plataforma EVO de Intel
Los más recientes procesadores Intel de 12ª generación no ha llegado a tiempo de estrenarse en esta nueva gama de convertibles Surface.
El nuevo Surface Pro 8 ofrece diferentes configuraciones como es ya habitual en esta familia, partiendo de un básico Core i5, que es el modelo más asequible, y pasando ya a las versiones con Intel Core i5-1135G7 y Core i7-1185G7 diseñados en la plataforma Intel EVO.
Para esos procesadores disponemos de varias opciones de RAM y SSD, que van desde el modelo básico con 8 GB de RAM y SSD de 128 GB (1179 euros) hasta el más completo de todos, un Core i7 con 32 GB de memoria RAM y SSD de 1 TB, el cual sale por 2679 euros.
En nuestro caso hemos analizado una versión intermedia, con un Core i7 acompañado de 16 GB de memoria RAM y SSD de 256 GB, configuración que cuesta 1679 euros.
Las tareas habituales que realizamos con cualquier otro portátil con similares especificaciones, incluyendo muchas pestañas en el navegador o streaming de contenido, funcionan con total fluidez en este equipo.
Los datos de nuestras pruebas habituales con Cinebench R23 y PCMark 8 (4122 en Home y 4700 en Creative) lo confirman, quedando el Surface Pro 8 incluso por encima de portátiles con similares especificaciones ya analizados en Xataka, especialmente en las pruebas donde implicaba el trabajo simultáneo con varios núcleos, como Cinebench R23, donde rozó los 6000 puntos:
En tareas gráficas se nota la mejora de las Iris Xe, lo que nos permite mucha solvencia incluso para jugar de manera ocasional a títulos no muy exigentes siempre que no apuremos la calidad de los gráficos.
Con resolución 1080p y calidad baja podemos conseguir jugar a muchos títulos potentes como Shadow of the Tomb Raider, que fue el que probamos, a más de 30 fps.
En los test con 3DMark obtuvimos unas puntuaciones de 5023 y 1934 en las pruebas Fire Strike y TimeSpy. En Night Ride, más acorde con el perfil de este dispositivo, alcanzó los 17.000 puntos, quedando a la par que otros portátiles, penalizado el Surface por la mayor resolución de su pantalla.
En cuanto a la unidad SSD, cumple bien para el propósito general de este equipo, con medidas en nuestras pruebas de 3400 y 1600 MB/s en lectura y escritura respectivamente.
En funcionamiento, a pesar de su sistema de refrigeración activa, el Surface Pro 8 sigue siendo un convertible bastante silencioso en funcionamiento pero en el que podemos tener ya presencia de ruido de su ventilador cuando le exigimos al equipo.
El calentamiento de la carcasa queda muy bien controlada pese a su formato y poco grosor. Incluso en tareas exigentes para el procesador, la conectividad o la memoria, no hay problema en seguir usando el Surface Pro sobre las rodillas o gestionarlo en modo tablet con las manos. Solo en la parte central superior la temperatura se eleva bastante, pero sin llevar a ser peligroso ni una zona en la que apoyemos de manera natural las manos.
La nueva Microsoft Surface Pro 8 ya sale de su caja con Windows 11 Home instalado de serie. Y para un dispositivo de este tipo, es decir, convertible y con pantalla táctil, es una buena noticia por el mejor (que no «EL» mejor) planteamiento de esta nueva versión de Windows que la anterior para el manejo con los dedos. Viene además sin nada de bloatware.
Autonomía para un día de trabajo
Si bien en reproducción de vídeo con pantalla al mínimo de brillo y leyendo contenido de la SSD, nada de streaming, el Surface Pro 8 podría alcanzar una cifra de autonomía superior a las 15 horas según Microsoft, la realidad es que, usando el Surface Pro 8 como un usuario normal, esa cifra es más reducida y en la línea de generaciones anteriores.
Sin abusar del brillo y siempre con conectividad activa y bastantes programas en multitarea, el Surface Pro 8 fue capaz de ofrecernos de media entre 8 y 9 horas de autonomía cuando no recurríamos a la frecuencia de refresco de 120 Hz.
Si la activamos, y con ello la sensación de fluidez que tanto me gusta, la autonomía queda penalizada algo, pero se mantiene una media de entre 6.5 y 7 horas. Es cuestión de prescindir de los 120 Hz cuando sepamos que vamos a necesitar estirar al máximo la autonomía.
La recarga de la batería se puede realiza vía alguno de los dos puertos USB-C pero también disponemos del cargador propietario que usa el puerto Surface Connect y que resulta más rápido, consiguiendo el 50% de la batería en poco más de media hora según nuestras mediciones.
Microsoft Surface Pro 8, la opinión y nota de Xataka
Por relación precio-ficha técnica, el Surface Pro nunca ha sido un dispositivo que pudiera competir con portátiles clásicos. Tampoco su peso total con teclado cercano a los 1.2 kg lo hacen un dispositivo abrumadoramente ligero.
El atractivo del Surface Pro 8 hay que buscarlo en que es el mejor en su categoría y que, con, el avance en la pantalla (ahora 13 pulgadas y con 120 Hz), es un dispositivo que no tiene casi nada que enviar en rendimiento o experiencia a un ultrabook, al tiempo que gana a todos ellos en funcionalidad tablet sin renunciar a una experiencia muy satisfactoria con teclado y tochpad de gran nivel.
9
9,5
A favor
Rendimiento tanto bruto como en el aspecto gráfico
Espectacular pantalla tanto por tamaño como por calidad (y esos 120 Hz nada habituales)
Que Microsoft no abandone la idea detrás del mejor convertible del mercado
En contra
Sin el teclado es un dispositivo que queda muy cojo
Conectividad todavía algo limitada
Precio alto en las configuraciones más interesantes comparado con portátiles clásicos de similar dicha técnica
Microsoft Surface Pro 8 – Ordenador portátil 2 en 1 de 13″ (Intel Core i5-1135G7 11th Gen, 8GB RAM, 128GB SSD, Iris Xe graphics, Windows 11) Plata
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Microsoft. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Surface Pro 8, análisis: lejos de pasar de moda, el rey de los convertibles se hace más poderoso todavía
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Penalva
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