Xataka – Nevera Xbox Series X, análisis: no tiene Game Pass ni ‘Halo Infinite’, pero enfría latas que da gusto

¿Sabéis qué es mejor que un buen meme? Cuando dicho meme se hace realidad. Es lo que ha pasado con la Xbox Series X. Cuando se presentó, los usuarios bromearon con su parecido a una nevera, hasta el punto de que la propia Microsoft se vino arriba y acabó haciéndola realidad. Primero, como una nevera de gran formato para ciertos influencers; después, como una nevera pequeña para los usuarios.

Desde Xataka ya hemos tenido ocasión de echarle el guante y probarla largo y tendido. Es de esas cosas que nunca te esperas hacer, escribir un análisis sobre una nevera con forma de Xbox, pero como pasó con el Monopoly de Alejandro Sanz, aquí hemos venido a jugar. ¿Qué ofrece esta peculiar nevera? ¿Cómo de fiel es a la Xbox Series X? Y lo más importante, ¿enfría de verdad? Vamos a verlo.

No es una Xbox, pero se parece muchísimo

Vamos con la nevera. El diseño, como se puede apreciar en las fotos, es un calco total del diseño de la Xbox Series X de Microsoft. A simple vista, es complicado diferenciarla, pero si tenéis una consola de Microsoft seguramente no tardaréis demasiado en daros cuenta de que es más grande..

La escala de sus dimensiones es 1,5:1, lo que se traduce en un alto de 462 milímetros y un largo y una profundidad de 232 milímetros. Su peso no es demasiado elevado, por lo que si en alguna ocasión la queremos mover de alguna habitación a otra (o llevárnosla a un camping, también) no nos supondrá demasiado problema.

A nivel de detalles, la nevera es prácticamente una réplica muy bien conseguida de la Xbox Series X original. Tanto, que se ha mantenido incluso la disposición de los botones. El botón de encendido de la consola, la ranura para los discos, el botón para expulsarlos y hasta incluso el controlador que sirve para sincronizar los mandos en la Xbox Series X, todo está aquí. ¿Lo mejor? Que funcionan.

Por ejemplo, el controlador que usaríamos para sincronizar los mandos sirve para encender el LED del logo de Xbox. El botón para sacar los discos, por su parte, sirve para encender un LED de color verde en la parte superior. Curioso, principalmente porque esto es algo que no tiene la consola original (a pesar de que lo parezca).

El puerto USB también tiene su utilidad, principalmente cargar el móvil. No es la carga más rápida del mercado, pero nunca está de más tener este puerto a mano por si queremos usarlo. Es un detalle ínfimo, pero no por ello menos útil.

A nivel de construcción, toda la nevera está fabricada en plástico. Aunque es prácticamente idéntica a la consola, este dispositivo utiliza un material mucho más frágil que, además de ensuciarse con mucha facilidad, también se raya con solo mirarlo. Recomendamos tener especial cuidado con eso.

12 latas

Y ahora que ya la conocemos por fuera, vamos a ver qué ofrece por dentro. En su interior encontramos un procesador de ocho núcleos a 3,8 GHz, 16 GB de memoria GDDR6, una unidad SSD de 1 TB con inter… espera, que me he liado. Eso es la Xbox Series X, disculpad. Esta nevera tiene dos huecos para meter 12 latas, y ya.

La zona de almacenamiento principal, que está compuesta a su vez por tres espacios separados por pequeñas rejillas, también de plástico, es en la podemos guardar latas, botellas de cualquier tipo de bebida, o por qué no, algo de comida, siempre que no sea un paquete demasiado grande.

Caben doce latas, siempre y cuando quitemos las dos bandejas que tenemos situadas en la puerta, las cuales se pueden retirar sin ningún problema. De lo contrario, solo cabrán diez latas, ya que estas bandejas chocan con las dos latas restantes y la puerta no se puede cerrar.

De hecho, tras haberla probado, pensamos que la nevera resulta mucho más práctica sin estas dos bandejas, ya que el espacio que queda es realmente pequeño y no resulta especialmente práctico. A no ser, claro está, que quieras meter una chocolatina, los sobres de ketchup del McDonald’s y cosas así.

Confirmado: el ketchup entra.

¿Pero qué pasa si queremos meter otro tipo de recipiente en el interior de esta nevera? Podemos hacerlo, dependiendo de su tamaño. Si queremos meter botellas o latas más grandes también tenemos la oportunidad de hacerlo, ya sea tumbándolas o quitando las dos rejillas del interior.

Hasta aquí todo bien, pero hay una cosa que no nos ha gustado: la cavidad interior no tiene iluminación. Cuando la abres, la nevera no se ilumina por dentro. Es verdad que no es un frigorífico de dos metros lleno de comida, pero habría sido un detalle poner una lucecita. Quizá para cuando Microsoft saque su próxima consola, quién sabe.

Pero… ¿enfría de verdad?

La nevera podemos conectarla a la corriente a través de un enchufe de 220-240V de corriente alterna (el cable viene en la caja). No obstante, también hay una entrada de corriente continua y un cable dedicado que nos permitirá, por ejemplo, conectar la nevera a la toma de mechero del coche. ¿Recordáis lo que decíamos antes de llevarla a un camping? Pues eso.

Dicho esto, la nevera cuenta con dos potencias o modos diferentes. Un modo eco, que es más lento y consume menos potencia, y un modo «Max», que aprovecha los 64W de potencia de la nevera para enfriar más rápidamente. Con este modo, el contenido se enfría en unos 20 minutos. Con el modo eco, el tiempo sube hasta los 45 minutos.

¿Y hace ruido? Sí, un poco. En el modo eco, el ruido es más suave y, aunque continuo, no llega a ser molesto. En el modo «Max», sin embargo, el nivel de ruido aumenta y puede llegar a ser molesto. Es algo a tener en cuenta a la hora de colocar la nevera en una estancia o en zonas donde vaya a haber más personas.

Hablando de tener la nevera conectada, un apunte: Microsoft recomienda no tenerla siempre enchufada. Es un electrodoméstico pequeño y su uso continuado puede reducir la durabilidad de sus componentes, así que lo ideal es encenderla y apagarla de forma intermitente.

En cuanto a consumo, que estando la cosa como está es mejor no perderlo de vista, hemos hecho unas estimaciones rápidas: usándola tres veces por semana a máxima potencia, durante 12 horas al día, el consumo anual estimado sería de 119,81 kWh, es decir, unos 37,14 euros. La cifra oscilará más o menos según el día, pero nos sirve para hacernos una idea.

Nevera Xbox Series X, la opinión de Xataka

Llegados a este punto, podemos concluir que la nevera de Xbox cumple lo que promete. Es una mini nevera cuyo diseño replica a la perfección a la Xbox Series X de Microsoft, y que tiene un interior con una capacidad suficiente para poder hidratar a una o dos personas sin problema. Además, su capacidad para enfriar es bastante sorprendente, y la posibilidad de transportarla de un lugar a otro es un extra que se agradece.

Como inconvenientes, nos encontramos con un electrodoméstico muy ruidoso cuando funciona a máxima potencia y con unos materiales de construcción ligeramente frágiles que se pueden dañar con el paso del tiempo. Por no hablar de que es el propio fabricante el que nos recomienda no tenerla enchufada todo el rato.


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Nevera Xbox Series X, análisis: no tiene Game Pass ni ‘Halo Infinite’, pero enfría latas que da gusto

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por
Mario Arroyo

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