Xataka – Motorola Moto g100, análisis: un smartphone muy potente para quien no se conforma con lo mismo de siempre
Motorola, de la mano de Lenovo, eleva su apuesta en su gama de smartphones g con el nuevo Moto g100, un terminal de gama media premium con precio de 499 euros y que viene a competir contra grandes terminales.
El Moto g100 lo hace arriesgando en muchos apartados y proponiendo un uso más allá del habitual de un smartphone. Lo hemos analizado para comprobar de primera mano si todo lo que promete se cumple.
Ficha técnica del Motorola Moto g100
Motorola Moto g100
Pantalla
6,7″ IPS LCD de 6.7 FullHD+
2.520 x 1.080 pixeles, 409 ppi
21:9, 90 Hz HDR10
Procesador
Qualcomm Snapdragon 870
Memoria
8 GB LPDDR5
Almacenamiento
128 GB UFS 3.1
Sistema operativo
Android 11
Cámaras traseras
Principal: 64 MP, f/1.7
Ultra gran angular: 16 MP, 117º, f/2.2
Macro: 2MP, f/2.4
Sensor ToF
Cámaras frontales
Principal: 16 MP, f/2.2
Ultra gran angular: 8 MP, 118º
Batería
5.000 mAh
Carga rápida 20W, USB tipo C
Dimensiones y peso
168,38 x 73,97 x 9,69 mm
207 g
Otros
Conectividad 5G
Gorilla Glass 3
Sensor de huellas lateral
WiFi 6
Bluetooth 5.1
NFC
Modo escritorio Ready For
Precio
Moto g100 – Qualcomm® Snapdragon™ 870 5G, 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento.
Un diseño llamativo llegado de otra época
Grande. Muy grande. La primera sensación que uno se lleva nada más sacar el Moto g100 de su caja es la de estar ante un smartphone impresionante especialmente en lo que a tamaño se refiere.
El Motorola Moto g100, con pantalla de 6.7 pulgadas, tiene una altura de casi 17 cm y en mano es una cifra que se nota enseguida. No es incómodo de sujetar ni resbala en exceso por su contenida anchura, pero resulta inabarcable de manera cómoda si pretendemos usar una sola mano.
Además, aunque el peso de 207 gramos no es nada exagerado, su grosor de casi 1 cm nos transmite la idea de estar ante un terminal de otra época. Aquí, el Motorola Moto G100 lo tiene complicado para competir con sus rivales, que ofrecen diseños mucho más estilizados y en general cómodos de manejar.
También dan una lección otros terminales competidores a nivel de acabado, al menos en el material. La trasera del Moto G100 está fabricada en plástico, no contando con perfil específico de proyección pero sí que indica el fabricante que es repelente de agua.
El uso de ese material sorprende porque realmente, tanto a la vista como especialmente al tacto, parece cristal. Ninguna pega pues por el uso de este material que probablemente le haya permitido no irse a una cifra de peso problemática.
Esa trasera es visualmente muy atractiva. Se curva ligeramente en los bordes (el marco también es de plástico) y ofrece un acabado mate pero con muchos reflejos que alteran de manera atractiva el color del terminal, que por cierto, resiste muy bien las huellas.
De lo que tenemos más dudas es de su resistencia. Tras los primeros días de uso ya notamos microabrasiones y pequeños arañazos en la carcasa pero que ciertamente hay que ir a buscarlos a contraluz para apreciarlos.
La sensación de teléfono enorme viene también determinada por el diseño de la parte trasera, donde solo hay lugar para el módulo de cámara, bastante aislado en la esquina. No falta el habitual logo de la marca en la parte central, pero en el diseño apenas es apreciable salvo cuando incide la luz en él.
Respecto al módulo del sistema fotográfico, prácticamente no sobresale de la trasera, lo cual no es de extrañar por el gran grosor del teléfono.
El botón de inicio es el lector de huellas
Qué extraño es ver hoy en día un puerto de auriculares que no queda completamente pegado a los bordes del terminal. La imagen del puerto de 3.5 mm muy sobrado de espacio es este Moto G100 nos da una idea muy visual del grosor de este smartphone.
Junto a él, en el marco inferior, encontramos el puerto USB-C y a su lado, el altavoz principal, que ya veremos que a nivel de sonido en realidad no es solo principal sino único.
En el lateral derecho contamos con el control de volumen, de una sola pieza, y el botón de encendido, el cual hace las veces de lector de huellas.
Ese botón y por ende el lector, queda bastante alto en el marco, y no me ha resultado cómodo ni directo usarlo como identificación biométrica. Aquí quizás hubiera tenido más sentido haber recurrido a un lector de huellas trasero. En todo caso, el lector funciona de manera rápida y fiable, y podemos escoger si queremos un acceso al sistema directo con solo pasar el dedo por encima o forzando una presión sobre el mismo.
En el lado contrario el Moto g100 dispone de espacio para un botón extra que se destina a lanzar el asistente de Google, pero que creo que como botón físico de disparo de la cámara hubiera tenido más sentido. A su lado queda la ranura para tarjetas, siendo um terminal DualSIM. Si lo preferimos, podemos usar la segunda ranura para una microSD y ampliar con ello la capacidad de la memoria interna.
Panel LCD con frecuencia de 90 Hz
La sensación en mano de estar ante un terminal muy alargado queda confirmado en cuanto encendemos la pantalla del Moto g100, que viene protegida con Gorilla Glass 3.
El panel LCD, con formato 21:9, ofrece una resolución de 2520×1080 píxeles (unos 400 ppp de densidad) así como una frecuencia de refresco máxima de 90 Hz. En todos estos valores, tanto resolución como frecuencia de refresco o tipo de panel, el Moto g100 es algo conservador si miramos a la competencia directa.
En el día a día, la ficha técnica de la pantalla del Moto g100 es justa. Estamos ante un panel con un brillo alto (unos 500 nits y certificación HDR10) y contraste correcto, por lo que en exteriores y días muy soleados, no es de los mejores paneles que nos hemos encontrado en este margen de precios.
Para contenido multimedia nativo, el formato 21:9 es una gozada, (un extra de resolución le hubiera sentado genial) pero no compensa lo alargado del equipo para otras tareas. Además, la pantalla no está todo lo ajustada a los marcos como hubiéramos esperado, y el marco negro alrededor del panel es evidente.
También lo son los dos orificios para las cámaras frontales, situadas en la esquina superior izquierda del panel.
El comportamiento del panel podemos personalizarlo de la manera habitual. En este Moto g100 tenemos tres modos de colores a elegir: natural, mejorados o saturados. La última es la opción que viene por defecto, pero no la más fiel. Para acercarnos al espacio de color sRGB, mejor optar por la natural. En todo caso, en ninguna de las tres podemos tocar valor alguno ni variar lo que Motorola tiene colocado por defecto.
El segundo bloque de personalización tiene a la frecuencia de refresco como protagonista. Aquí podemos escoger entre mantener siempre la pantalla funcionando a 60 Hz, a 90 Hz u optar por un modo variable que se adapta al contenido. Éste último es el recomendable porque es el punto dulce entre consumo de batería y experiencia visual, especialmente en los que concierne a los movimientos por la interfaz, que agradecen mucho el extra que nos proporciona la frecuencia de refresco de 90 Hz.
Otras opciones de personalización de la pantalla están asociadas al software que Motorola añade sobre la capa nativa de Android. Encontramos por ejemplo opciones para dividir la pantalla o la pantalla atenta (no se apaga mientras la estemos mirando). También disponemos de algo de personalización sobre la pantalla de bloqueo.
Sonido: una oportunidad perdida
El contundente altavoz principal, con espacio de resonancia y buena salida gracias a su situación holgada en el marco inferior, es el responsable único del sonido en el Moto g100. En cuanto tapamos ese altavoz, el sonido general del terminal queda completamente apagado.
Aquí creo que Motorola ha perdido una gran oportunidad para ofrecer una diferenciación y presentarse como un modelo que apuesta por un sonido estéreo real y fiable. Nos debemos conformar con un sonido relativamente potente, sin grandes distorsiones pero que no destaca frente a los rivales ni podemos decir que sea especialmente preciso con las frecuencias agudas ni contundente con los graves.
Respecto al sonido con los auriculares, es una buena noticia contar con el conector de 3.5 mm, pero no hay ayuda ninguna nativa para configurar o personalizar el sonido. Lo que sí que viene en el paquete son unos auriculares básicos sin nada especial que reseñar más allá de que son gratis.
Un potente procesador para ir más allá
La fluidez que nos hemos encontramos mientras probábamos a fondo el nuevo Moto g100 de Motorola no es una casualidad. Este terminal viene configurado de serie con el procesador Qualcomm Snapdragon 870 y 8 GB de memoria RAM. Además la memoria interna es de 128 GB, ampliable con tarjetas microSD. No hay más opciones para elegir.
Con esa configuración, el Moto g100 queda muy bien posicionado a nivel de potencia bruta en los benchmarks habituales.
Motorola Moto g100
POCO X3 Pro
Realme 8 Pro
Xiaomi Redmi Note 10 Pro
OnePlus Nord
POCO X3 NFC
Samsung Galaxy S20
LG Velvet
PROCESADOR
Snapdragon 870
Snapdragon 860
Snapdragon 720G
Snapdragon 732G
Snapdragon 765G
Snapdragon 732G
Exynos 990
Kirin 990
RAM
8 GB
6 GB
8 GB
6 GB
8 GB
6 GB
8 GB
8 GB
GEEKBENCH 5.0(single/multi)
962/2.878
762/2.838
566 / 1.709
N. d.
554 / 1.832
566 / 1.787
453 / 2.610
–
3D MARK (Sling Shot)
(Maxed out)
(Maxed out)
3.650
N. d.
4.309
3.780
–
4.074
PCMARK WORK
11.108
8.805
8.814
8.520
9.194
8.299
–
9.476
Cuando «arrivo a casa» mi Moto g100 se transforma
Esa solvencia en el rendimiento era algo requerido para que Motorola pudiera presumir de una novedad muy reciente en sus equipos más potentes: «Ready For». De trata de un modo de funcionamiento que entra en juego cuando conectamos el smartphone a una pantalla externa para sacarle más partido tanto multimedia como productivo.
En el pack que hemos probado del Moto G100 se incluye precisamente un cable (USB-C a HDMI) y una base de tipo dock muy cómoda para tener junto al televisor o un monitor, la cual se encarga de realizar la carga del Moto G100 además de añadirle un extra de refrigeración.
Con el Moto g100 en esta base (o simplemente conectado al cable USB-C a HDMI), se activa Ready For, el cual inicia un menú sencillo que esconde cuatro modos de uso: chat, multimedia, juego o desktop.
En los cuatro modos de funcionamiento, cada uno centrado en su área, hay que destacar que el trabajo de Motorola no se ha limitado a duplicar pantalla ni nada parecido. Ready For adapta la interfaz y funcionamiento del dispositivo de una manera muy acertada.
Un ejemplo lo tenemos en el modo multimedia, donde en la pantalla externa obtenemos una especie de mosaico o carrusel con todas las aplicaciones instaladas y centradas en la reproducción multimedia.
Los otros modos son igual de potentes y bien ejecutados. El de chat o videollamada es todo un ejemplo de buen hacer, incluyendo muchas opciones extras para las aplicaciones que tengamos instaladas en el teléfono, como Meet, Telegram o Zoom. La ventaja más importante es que podemos usar para los vídeos la cámara delantera (dependiendo de la aplicación) del Moto g100, que siempre nos da más calidad y juego que la trasera.
También hay un modo de seguimiento del rostro que funciona muy bien y en el cual se usa zoom y recortes del plano para que aparezcamos siempre en el centro de la acción aunque nos movamos algo frente a la pantalla.
En cuanto al de escritorio, el Moto g100 es suficientemente potente como para trabajar de manera sólida con Chrome y otras apps al tiempo abiertas en diferentes ventanas en el monitor externo. La sensación de estar ante un equipo con Chrome OS está muy conseguida aunque hay todavía aplicaciones importantes que no se adaptan correctamente para su uso en una pantalla externa.
Aunque el control para videollamadas o multimedia se puede hacer recurriendo a la pantalla del teléfono como touchpad e incluso su teclado, para el modo de escritorio o el de juego, conviene que dispongamos de un teclado, ratón e incluso mando de juego inalámbrico (Bluetooth) para sacarle todo el partido que permite.
El resto de elementos de Android son los habituales en equipos de Motorola. Tenemos la capa de stock de Android 11 algo aderezada con algunos extras de Motorola, todos bien recogidos en una aplicación y colocados de manera puntual en la interfaz. Nada de invasión.
Lo más destacado del aporte de Motorola sobre la capa nativa de Android es la función de personalización, mucho menos potente y profunda que la de otras capas, así como gestos y detalles de control del equipo.
Autonomía algo justa para el objetivo de este teléfono
Como os he ido contando, este Moto g100 es un terminal muy ambicioso al menos en campos donde otros terminales no tienen pensado entrar. ¿Responderá la batería de la manera correcta?
El Motorola Moto g100 dispone de una batería con capacidad de 5000 mAh. Es una buena cifra pero que en nuestras pruebas no ha destacado frente a rivales con menos mAh en sus entrañas.
En las jornadas de uso intensiva, con el modo de pantalla colocado en automático para que sea el sistema el que escoja cuando sacar partido del refresco del 90 Hz, hemos promediado alrededor de 27 horas de autonomía, de las cuales entre 7 y 8 fueron de pantalla.
Estas cifras nos aseguran en la mayoría de casos alcanzar el final del día sin grandes apuros pero sin perder de vista un cargador.
La carga del equipo también está alineada con los modelos de gama media/alta más comunes. Sorprende que venga con un cargador de solo 20W, lo que le permite cargar su batería al 50% desde un 10% (siempre con conectividad activa) en algo menos de 40 minutos. Para la carga completa se requieren prácticamente dos horas.
Tres cámaras que no son lo más importante del terminal
El Motorola Moto g100 apuesta para su módulo fotográfico por un sistema de triple cámara. La principal y más relevante dispone de un sensor de 64 MP (tamaño de píxel de 0,7 µm) con apertura f/1.7.
El sensor principal está secundado por un clásico: un gran angular (117 grados) de 16 MP con apertura f/2.2 y tamaño de píxel de 1,0 µm. Es la encargada también del modo macro de la cámara y tiene asociado un flash anular para usar con ella.
La tercera cámara es una dedicada exclusivamente a aportar información de profundidad. Es un sensor de 2 MP con apertura f/2.4
El resto del sistema fotográfico se compone de las dos cámaras frontales: una principal con sensor de 16 MP, apertura f/2.2 y tamaño de píxel de 1,0 µm, y una segunda de 8 MP, angular de 118 grados y con apertura f/2.4 (tamaño de píxel de 1,12 µm).
A nivel de interfaz, lo que Motorola ofrece no me acaba de convencer. Es algo diferente a lo que solemos encontrar en Android, empezando por el tamaño de los modos de disparo en el carrusel, los cuales además se encuentran bajo el botón de disparo, algo a lo que cuesta acostumbrarse. Ese menú es personalizable simplemente arrastrando los modos que queramos, a los cuales también se accede deslizando a la derecha desde la pantalla principal.
Más acertado es el acceso a las opciones de configuración rápida de cada modo, a las que podemos optar desde una pestaña desplegable pero que de nuevo nos parece demasiado pequeña.
La fotografía en el Moto g100 no es elemento más destacado pero tampoco desentona demasiado. No será el terminal que escojan quieren prioricen la cámara en un smartphone pero quien apueste por este terminal no encontrará ni fallos graves ni demasiadas diferencias con sus rivales en precio.
El sensor principal consigue instantáneas con un alto nivel de detalle. Puede resultar algo inconsistente en algunos escenarios por falta de un poco más de rango dinámico, pero no comete errores destacados. No es una cámara con la que conseguir imágenes muy contrastadas pero en general es un terminal que acierta con el color en la mayoría de las situaciones.
El modo HDR, oculto en un menú interior, pasa más bien desapercibido salvo en contadas ocasiones. No peca ni por exceso ni por defecto pues la diferencia entre forzar la imagen con HDR o dejarlo desactivado es muy reducida.
Como hemos indicado el sensor principal de este Moto g100 ofrece la posibilidad de disparar a 64 MP. Esta opción es un modo separado y no hemos apreciado diferencias significativas a nivel de detalle ni rendimiento global.
En cuanto al gran angular, sufre de los mismos problemas de nitidez y algo de ruido que habitualmente nos encontramos en esta segunda cámara, con sensores más pequeños y apertura también menor que el de la cámara principal. En todo caso, a nivel de colorimetría no sale malparado respecto al sensor principal y es de destacar la poca distorsión que ofrece.
Ese segundo sensor es el encargado también de realizar capturas en modo macro, el cual sale como recomendado cuando nos acercamos demasiado al objeto a fotografiar. Aquí hay que destacar que con el gran angular podemos acercarnos cuanto queramos a un objeto y que no haya problemas de enfoque, por lo que nos da un extra de creatividad que no se suele ver siempre en este tipo de sensor.
Y no nos podemos olvidar de que, para este gran angular, contamos con la opción de usar un anillo LED para iluminación extra, algo que puede ser útil por ejemplo en el modo macro.
En el carrusel también encontramos los modos Pro y Retrato. El primero admite disparar en RAW y RAW+jpg, y es aplicable tanto a los disparos con la cámara principal como con el gran angular y el modo macro.
Por su parte, el retrato permite variar la profundidad de campo, siendo su comportamiento correcto tanto en recorte como en reproducción del color y detalle.
El Moto g100 demuestra especialmente cuando la luz escasea que el trío de cámaras de su módulo no está ahí para resultar decisivo en la compra. De noche, la cámara principal peca especialmente de una pérdida acusada de nitidez para evitar un exceso de ruido.
Cuando pasamos al gran angular esa deficiencia se magnifica, obteniendo imágenes sin apenas detalle fino.
Hay modo noche para tratar de salvar las situaciones más complicadas. Con él no se consigue una escena más luminosa sino más nítida, reduciéndose el ruido y lavado del detalle, lo que hace este disparo obligatorio cuando la luz escasea.
La pareja de cámaras frontales son las encargadas de permitir selfies clásicos y también otros con algo más de margen gracias alguna angular. En los dos casos podemos aplicar el modo retrato.
Por su parte, el vídeo nos deja escoger entre diferentes calidades, desde 1080p a 6K. Este último modo de vídeo es más mediático que otra cosa, y es el único que no admite pasar de 30 fps. La estabilización, que podemos activar o no, puede solventar alguna inconsistencia pero no hace milagros como en otros terminales de similar precio.
Motorola Moto g100, la opinión y nota de Xataka
El Motorola más potente hasta la fecha hace su entrada triunfal en la gama media más noble con argumentos que no son los habituales. El Moto g100 arriesga en muchos apartados con un resultado desigual pero que acaba conformando un smartphone actual que se sale de la norma.
El Moto g100 es ante todo un smartphone potente que aspira a que cuando lleguemos a casa no se quede sobre una mesa. Mucho mejor en una base y conectado a una pantalla externa. Es entonces cuando lo poco que aporta Motorola sobre Android nativo acaba por hacernos olvidar momentáneamente su diseño algo tosco (pero atractivo visualmente), el sistema fotográfico básico o su justa autonomía.
Toca disfrutar de su potencia bruta a un precio contenido, una pantalla solvente y vuelta a empezar. Mucho mejor conectado a un cable que en nuestro bolsillo.
8,5
A favor
El modo Ready For está muy bien pensado
Terminal potente y llamativo visualmente
Buena ficha técnica para su precio
En contra
Sistema fotográfico demasiado básico
Es un terminal muy grande y grueso
La pantalla es solamente discreta
Moto g100 – Qualcomm® Snapdragon™ 870 5G, 8 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento.
El terminal ha sido cedido para el análisis por parte de Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia
Motorola Moto g100, análisis: un smartphone muy potente para quien no se conforma con lo mismo de siempre
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Penalva
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