Xataka – Los 45.000 millones de la discordia entre Marruecos y España interesan especialmente a alguien: las empresas españolas
Gran inversión. Gran interés. Gran polémica. A lo largo de las próximas décadas Marruecos tiene previsto desplegar un ambicioso plan de inversiones de 45.000 millones de euros para modernizar sus infraestructuras que, claro está, tienta a las empresas españolas. Hasta ahí nada sorprendente. Lo curioso es que ese milmillonario pastel marroquí ha generado, de forma tan curiosa como inesperada, una intensa polémica en España que ha obligado a intervenir incluso al ministro de Transportes, Óscar Puente.
El motivo: tras la reunión que mantuvo ayer en Rabat con el rey Mohamed VI y el primer ministro del país, Aziz Ajanuch, Pedro Sánchez aludió a ese abultado paquete de inversiones de una forma que ha dado pie a titulares furibundos, bulos, desmentidos al más alto nivel y sobre todo un agitado y agrio debate en las redes.
¿Qué se sabe realmente de los disputados 45.000 millones?
La frase de la discordia. Mientras comparecía ante los medios tras la reunión de Rabat y en plena puesta en valor de los intercambios comerciales y las inversiones «en ambas direcciones» entre España y el reino marroquí, Pedro Sánchez deslizó ayer la frase de la discordia: «Inversiones públicas previstas de unos 45.000 millones de euros hasta el año 2050. Y en ese sentido Marruecos está haciendo un enorme esfuerzo por modernizar su economía».
El comentario no tardó en derivar en titulares que aseguraban que España prevé invertir esa cuantiosa cantidad en Marruecos. Algunos incluso iban más allá, apuntaban que se trataba de «dinero público» y recordaban que el anuncio de Sánchez llegaba en un momento especialmente delicado, en plenas protestas de los agricultores para reclamar mejoras en su sector. Incluso medios marroquíes, como la agencia MAP News, publicaron titulares que sintonizaban con esa interpretación. El debate pasó a X, donde se sucedieron los mensajes criticando la supuesta inversión.
La declaración de Puente. Entre quienes ayer saltaron a la arena en X para comentar lo ocurrido se cuenta el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, el socialista Óscar Puente, quien se refirió a uno de esos titulares como «mentira» y aclaró que la realidad es diametralmente opuesta: «Quien va a invertir 45.000 millones en sus infraestructuras es Marruecos, y quien opta a esos contratos son nuestras empresas. A eso fue Sánchez a Marruecos».
Si Sánchez se refirió a inversiones públicas durante su discurso del miércoles, insistió Puente, es porque parten del gobierno marroquí. «No dice de España. Está en Marruecos. Las inversiones públicas en Marruecos las hace Marruecos. Y las empresas españolas optan a esos contratos. Pero hay que ser muy fanático y muy retorcido para interpretar que esas inversiones las hace España».
Un anuncio de 2023. Lo de la inversión de 45.000 millones de euros no es en realidad nuevo. Hace ya un año, en febrero de 2023, la agencia Reuters publicaba —citando a una fuente del Gobierno de Sánchez— que España confiaba en llevarse una parte de los 45.000 millones de euros que Marruecos espera invertir hasta 2050 para mejorar infraestructuras y destacaba la buena posición de las empresas españolas para lograr concesiones en sectores clave del plan de Rabat, como el saneamiento o las renovables. De la ambiciosa hoja de ruta inversora de Marruecos se hicieron eco también otros medios como El Periódico de España o El País.
Sectores estratégicos. El diario del grupo PRISA incluso iba más allá y aseguraba que el Gobierno de España había decidido activar una línea de crédito de alrededor de 800 millones precisamente para animar a los empresarios españoles a superar sus recelos e invertir en el país vecino. El objetivo: pugnar por una parte del apetitoso pastel de 45.000 millones que Rabat planea invertir en el desarrollo y la modernización de sus infraestructuras.
Aunque no se concretaban demasiado detalles de qué preveía hacer Marruecos sí se avanzaba que entre los sectores prioritarios para el país había algunos en los que las compañías españolas se sienten especialmente cómodas, como las infraestructuras de saneamiento y desalación, las energías renovables o el transporte ferroviario. «Se abren enormes oportunidades que España no puede desaprovechar», explicaban al diario tras la Reunión de Alto Nivel (RAN) entre ambas naciones celebrada poco antes en Rabat.
La declaración conjunta que salió de aquella cumbre, organizada a comienzos de febrero de 2023, ya daba una pista: «Ambos países se comprometen a promover el comercio y la inversión para la puesta en marcha de proyectos conjuntos de desarrollo en el marco de una asociación mutuamente beneficiosa, aprovechando la Nueva Carta de Inversiones que Marruecos acaba de promulgar […] y con el objetivo de hacer de Marruecos un destino de inversión internacional, ofreciendo oportunidades reales en sectores estratégicos».
Lluvia de millones. En el horizonte Marruecos tiene la celebración de la Copa África de 2025 y el Mundial de fútbol de 2030, cita que acogerá junto a España y Portugal, lo que ya le ha llevado a anunciar un importante despliegue de inversiones millonarias. Su Gobierno ha movido ficha para la compra de trenes y prevé también potenciar sus puertos y aumentar de forma considerable su red ferroviaria durante los próximos años. Las perspectivas de negocio en el país ya han movilizado a algunas empresas españolas en sectores como el de las renovables o el tratamiento de aguas.
La cita mundialista de 2030 también se dejará sentir con fuerza en el esfuerzo inversor del país: el Gobierno marroquí planea dedicar cerca de 1.300 millones de euros para reformar media docena de estadios y construir uno nuevo en Casablanca. Las constructoras españolas ya han puesto el foco en su potencial.
Imagen | Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa
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Los 45.000 millones de la discordia entre Marruecos y España interesan especialmente a alguien: las empresas españolas
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Carlos Prego
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