Xataka – La gran paradoja del tope al gas: por qué hemos salido ganando pese a tener que pagar más que nunca
Lo que nos ahorramos por un lado, lo pagamos por otro. El tope al gas ha ayudado a rebajar el precio del megavatio hora de la energía, pero la compensación adicional a las empresas gasistas provoca que muchos se pregunten hasta qué punto la ‘excepción ibérica’, que pronto podría aplicarse en toda Europa, sale a cuenta. Han pasado varios meses desde su puesta en marcha y ya se pueden extraer algunas conclusiones.
Pese al tope, si el gas está caro lo acabamos pagando. El sistema pone un límite al precio del gas de 40€/MWh, pero eso no significa que el elevado precio del gas no nos afecte. El propio Real Decreto Ley establece una compensación a las empresas de gas, resultado de restar el actual precio de referencia del gas con el tope. Lamentablemente, el precio del gas ya supera con facilidad los 200€/MWh y esto ha provocado que la compensación sea enorme.
Es decir, por un lado está el coste del megavatio hora y a esto se le añade una compensación a las empresas gasistas (que a veces puede ser incluso más que el propio precio de la energía). Para los clientes del PVPC esta suma aparece combinada bajo el precepto de coste de la energía, pero para los clientes del mercado libre con una tarifa actualizada a partir del 26 de abril, la compensación se paga aparte. Un añadido que ha disparado hasta en un 40% la factura de algunos consumidores.
Entonces, ¿ha servido para que paguemos menos?. Es la gran paradoja, porque la mayoría de análisis coinciden en que sí ha ayudado a que paguemos menos. Pero pese a ello, este agosto hemos tenido la factura de la luz más cara de la historia.
¿Cómo habría sido en caso de aplicarse el tope al gas? Desde el OMIE (Operador del Mercado Ibérico de Energía) se publican los datos de cada día donde se puede ver el actual coste más la compensación y cómo sería sin aplicar la excepción ibérica. En estos primeros meses, el precio medio ha rondado los 148€/MWh, que sumado a la compensación se queda en unos 274€/MWh, pero sin esta se habría llegado a unos 328€/MWh.
Es decir, este verano el tope al gas ha ayudado a moderar el precio unos 50-60€/MWh de media, gracias a que el tope del gas evita que el impacto del gas se propague al resto de energías. Aproximadamente un 20% según describe El País.
El impacto varía mucho en función del día, llegando a alcanzar el 37,5% de diferencia el pasado 18 de agosto, según apunta Público. Ese día el precio fue de 209€/MWh frente a los 348€/MWh sin tope. Esta diferencia también se nota si nos comparamos con Europa. Antes del tope al gas el precio de España era muy similar al de nuestros países vecinos, pero este pasado agosto fue notablemente más bajo.
Se ha quemado gas a mansalva. El tope al gas funciona mejor cuando no se utiliza mucho gas. Esa es su razón de fondo al final. Sin embargo, pese a que España ha sido un país donde tradicionalmente el gas no superaba el 10%, se ha acabado quemando gas en cantidades industriales como no se veía desde hace 10 años.
Parte del sector ha aprovechado la existencia de la compensación del gas para quemar más gas y sacar tajada de su rentabilidad. España ha ido al contrario que Europa, mientras países como Alemania lo han racionalizado de manera forzosa para ampliar sus reservas, España ha aprovechado la ocasión como granero de gas.
Ha salido peor que las previsiones más pesimistas. El Gobierno calculaba la compensación en unos 7.500 millones de euros, pero con el alto coste del gas esas estimaciones iniciales se quedaron cortas. Hay múltiples factores que afectan en la viabilidad del tope del gas y este verano la mayoría de factores han ido en su contra.
La ola de calor disparó la necesidad de energía y ahí el gas ayuda a conseguir picos elevados de producción. La eólica y la solar han tenido un verano muy malo. El gas ha subido más de lo previsto y adicionalmente se ha tenido que producir más para ayudar a Francia debido al parón nuclear.
La gran polémica: la compensación la paga todo el mundo (incluso quienes tenían precios fijos). El Real Decreto Ley del tope al gas lo dejaba claro: las comercializadoras pagarán la compensación al gas y éstas lo repercutirán en las facturas eléctricas de los consumidores. Esto no debería sorprender ya que las empresas siempre acaban repercutiendo precios, pero esta vez se ha aplicado de manera muy directa.
Las tarifas de precios fijos han desaparecido. Todas las nuevas tarifas ya incorporan una pequeña letra pequeña donde se añade un componente variable que varía en función de nuestro consumo y del gas que se haya utilizado. Es decir, los consumidores del mercado libre que tenían una tarifa fija han visto como se les ha empezado a aplicar un componente variable, al estilo PVPC.
Era inevitable. La luz está cara. Y eso había que pagarlo tarde o temprano. Es cierto que muchos consumidores tenían contratos económicos, pero antes o después se iban a tener que actualizar y adoptar un precio acorde con los nuevos tiempos. La compensación al gas ha sido la vía rápida para aplicar la subida. Las comercializadoras podrían haber optado por subir precios de manera genérica, pero en su lugar han dividido en varias partes la factura. Pese a todo, como hemos comentado antes, los analistas calculan que sin el tope al gas, las comercializadoras habrían subido todavía más sus tarifas.
Aunque los clientes del mercado libre hayan visto como les subía la factura por la compensación al gas, lo cierto es que estos clientes también se ven beneficiados del tope al gas.
Según fuentes del mercado consultadas por Cinco Días, en el último año las tarifas de mercado libre se han incrementado de media entre un 20 y un 25%, pero el precio de la energía en el mercado regulado ha subido un 75%. La aplicación del tope al gas ha supuesto una excusa para que algunas comercializadoras se hayan animado a realizar subidas precipitadas. Un incremento del precio que al final habrían realizado para cuadrar sus cuentas.
No es la cantidad, es la falta de transparencia. Si las comercializadoras quieren seguir ofreciendo tarifas fijas pueden hacerlo. Esa compensación al gas que se está aplicando podría ocultarse directamente en el precio de sus tarifas. Al final es cuestión de ofertas y de poner un precio que les encaje. El problema viene cuando esta compensación al gas no se describe con suficiente transparencia.
El consumidor del mercado libre ve que le están cobrando la compensación, pero no tiene acceso al cálculo de este importe. Es complicado, ya que no solo es la cantidad de energía, también cuándo se utilizó (por ejemplo, de noche se paga habitualmente más compensación). Dos personas que hayan consumido la misma cantidad pueden estar pagando diferentes compensaciones al gas.
El problema es que varias comercializadoras no incluyen información sobre cuánto ahorro supone la compensación. Al igual que Red Eléctrica Española sí informa de este dato para los clientes del PVPC, las comercializadoras no siempre lo hacen. Lo que plantea dudas sobre si el cálculo de la compensación se hace de forma correcta.
La compensación al gas se reducirá en el futuro. Si el aumento disparado del precio del gas lo permite, esta compensación al gas se reducirá en los próximos meses. El primer motivo es que esta compensación se divide entre todos los consumidores. Es decir, a medida que más personas vayan renovando sus contratos de la luz, habrá más personas para pagar la compensación.
Imagen | Sten Ritterfeld
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La noticia
La gran paradoja del tope al gas: por qué hemos salido ganando pese a tener que pagar más que nunca
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por
Enrique Pérez
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