Xataka – ‘Horizon Forbidden West’ es una aventura épica que exhibe todo el músculo técnico de PS5 aunque no sea especialmente innovadora

Antes de cualquier otra consideración, vale la pena destacar que ‘Horizon Forbidden West’ es un juego visualmente espectacular. La variedad de sus entornos, la increíble escala que sugieren, la multitud de detalles con los que están adornados los escenarios (de la vegetación y la fauna a los efectos atmosféricos y lumínicos), el cuidado con el que se han diseñado los detalles de indumentarias, gestos, construcciones, materiales, los espectaculares fondos acuáticos… en más de un momento (y más de dos) de la aventura de Aloy el jugador va a tener que parar a tomar aire ante la variedad y perfección de los estímulos visuales que está recibiendo.

Y eso se puede trasladar también a los personajes y su expresividad. Es cierto que, posiblemente, la falta de emociones de Aloy va a desatar más de una crítica, aunque yo lo veo más como un problema de guión (las motivaciones de la heroína para «salvar la humanidad» nunca están del todo claras) y también como una decisión consciente de que sea un lienzo en blanco donde el jugador pueda identificarse. Porque, por otro lado,  todos los secundarios tienen una expresividad y matices en sus gestos que acerca la mayor parte del tiempo a los humanos de ‘Forbidden West’ al Valle Inquietante. Aunque esa es otra discusión para otro momento.

La cuestión es que, dicho de forma llana y directa, cualquier aficionado a los videojuegos interesado en los límites de la representación visual y a dónde es capaz de llevar la tecnología y la creatividad de esta generación de consolas debería pasearse por el mundo futuro de Aloy, porque es una experiencia notable. Pese a pequeños bugs (que en buena parte serán resueltos con un anunciado parche de día uno, aunque nos tememos que el crispante comportamiento de la melena de Aloy no será uno de ellos), el trabajo de Guerrilla es muy notable desde ese punto de vista.

Luego ya será cuestión de cada cual determinar si el criterio estético empleado para poner en pie toda esta exhibición técnica es el más apropiado. Bajo mi punto de vista, y aunque hay momentos de un preciosismo visual considerable (poco antes de la mitad del juego, por ejemplo, hay un acercamiento a una montaña bañada en una neblina de polvo rojo mientras se ven relámpagos en el horizonte que me parece un ejercicio de atmósfera bellísimo), no siempre sintonizo con las elecciones visuales de Guerrilla. Los asentamientos humanos me parece que tiran de tópicos medievales algo agotados en lo visual, y en términos generales, los escenarios tenían más personalidad en el reciente ‘Ghost of Tsushima’

Una prolongación del primer ‘Horizon’

Dejando aparte las cuestiones técnicas y visuales, donde ‘Forbidden West’ brilla sin esfuerzo, está claro que Guerrilla ha optado por una continuidad absoluta con el primer título de la serie. A nivel de mecánicas apenas hay diferencias con su precedente: los combates siguen desarrollándose con arco, explosivos, y otras armas mejorables con las piezas que van dejando caer las máquinas vencidas. Tenemos nuevas inclusiones en el arsenal, alguna de ellas muy bienvenida, como el gancho que dota de una movilidad extraordinaria en combate a Aloy.

Posiblemente esa sea la novedad en el arsenal que marca más diferencias con su precedente: ahora los combates son más veloces y violentos, y a la vez más estratégicos, ya que es posible alejarse rápidamente de las escaramuzas para replantear el terreno de juego y las posiciones de los enemigos. Hay, lógicamente, nuevas armas, y quizás las más destacables sean las bombas de humo y el disco de metal que se comporta como el hacha de ‘God of War’.

Las mejoras y posibilidades que revisten las armas son de una complejidad considerable y refuerzan los elementos roleros del primer ‘Horizon’, que aquí se ven enriquecidas, por ejemplo, con una mayor complejidad de los daños elementales que son capaces de efectuar las armas. También se han multiplicado los árboles de habilidades, ahora divididos en seis: guerrera, trampera, cazadora, superviviente, infiltrada y maquinista, lo que permite orientar mucho mejor las habilidades de Aloy según nuestra forma de jugar. En cualquier caso, son cuestiones que, en menor medida, ya estaban en la primera entrega, y habrá quien las prefiera incluso en la versión más sencilla del juego anterior.

Donde sí se innova algo más es en la posibilidad de dotar de tres ataques especiales a cada arma o en alguna pieza concreta del arsenal como la javalina. Para explorarlas a fondo el jugador tiene que sumergirse en las misiones secundarias, lo que como veremos es quizás una de las características primordiales de ‘Horizon: Forbidden West’.

Por lo demás, el juego -como su precedente- se centra en la acción más que en un genuino espíritu rolero (las conversaciones, en general, da igual por dónde tiren, y el desarrollo es, a fin de cuentas, y por mucho mundo abierto que se nos proponga, esencialmente lineal), lo que hace pensar en que todos los árboles de habilidades y mejora de arsenal son un poco «lo que toca», más que algo que esté orgánicamente inyectado en el juego. Porque además, ‘Horizon Forbidden West’ tiene una misión principal tan breve (unas quince horas) que esas habilidades no se llegan a exprimir a fondo.

Duración ajustada

Esas quince horas no son, obviamente el conjunto de la duración del juego. De hecho, la sensación que queda, si primero te centras en la parte nuclear de la propuesta de Guerrilla, es que el resultado no es tan grande y ambicioso como se preveía en un principio. Se nota sobre todo en las ciudades pertenecientes al pasado: muchas de ellas se apuntan como posibilidades o se atraviesan muy fugazmente, pero están muy lejos de ser explotadas a fondo. ¿Quizás era un plan inicial que hubo de desecharse? En cualquier caso están lejos, por ejemplo, de la exploración de la ciudad devorada por la vegetación que nos proponía ‘The Last of Us 2‘. Algo similar pasa con la anticipada nueva tribu que se encuentra Aloy: promete mucho más de lo que finalmente aporta.

Esta observación hay que matizarla con las misiones secundarias. Aunque por supuesto, hay algunas muy plomizas, como en todo sandbox, también las encontramos realmente dinámicas y se aprecia el esfuerzo de Guerrilla de brindar algo más que un simple relleno, recordando a los mejores momentos de la primera parte. Las más interesantes son las de enfrentamientos a máquinas con limitaciones o pequeños objetivos. Son realmente desafiantes y funcionan como relajantes minijuegos más allá de la a veces algo plomiza historia principal. En conjunto, estas misiones pueden llegar a triplicar la duración del juego, y es ahí donde se pueden desarrollar a fondo arsenal y habilidades de Aloy, así que conviene ir alternándolas con la trama principal.

Muchas de las otras novedades del juego son meramente anecdóticas, como el ala planeadora o la mayor cantidad de máquinas a las que domesticar, montar y usar en combate. Vale la pena detenerse, eso sí, en la nueva escalada dinámica, que nos permite ascender por grandes construcciones y accidentes geográficos. Nuestro Foco nos permitirá visualizar zonas de agarre y apoyo, lo que simplifica estas pruebas, pero si no se activa el Foco, a menudo nos encontraremos con zonas que hay que examinar a fondo en busca de estrategias para ascender. Sin llegar a los extremos delirantes de un ‘Death Stranding‘, estas zonas de escalada en ‘Forbidden West’ son estupendas.

Playstation 5 exhibe su músculo

Sin duda, hay altibajos en este ‘Horizon: Forbidden West’ que, en cualquier caso y como decíamos más arriba, sigue siendo una cita imprescindible para todos los jugadores que quieran ser testigos de la potencia de la última consola de Sony. Pero, en el otro lado de la balanza, tenemos ante nosotros cuestiones como el argumento, que no está tan elaborado (además de que, por supuesto, ha perdido el factor sorpresa) como el de la primera entrega, y muchas veces se siente como una mera prolongación de aquel.

Sin embargo, muchos otros aspectos han sido mejorados y perfilados: el crecimiento de los árboles de habilidades, el aumento de armas (y revisión de las que ya existían), así como la llegada de los muy dañinos poderes especiales para cada arma. Seguimos teniendo una variedad notable de escenarios, y las fases de mayor inmersión en la tecnología, las ciudades con rastros del pasado o las magníficas secuencias submarinas sí que rascan toda la escala de la aventura y la épica que exige un juego como este.

‘Horizon: Forbidden West’ tiene todas las virtudes, pero también los problemas de un Triple A exclusivo. Quizás juegos como este nos deberían servir para poner sobre la mesa la necesidad de títulos exclusivos y carísimos que dejan el riesgo a un lado para entregarnos justo lo que queremos de ellos. ¿Necesitan los jugadores más apuestas como ‘Forbidden West’ o con la llegada de servicios como Game Pass y la desaparición de las grandes consolas como puntos de apoyo inamovibles de la industria son una especie en vías de extinción, como la civilización del pasado cuyos restos examina Aloy?


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‘Horizon Forbidden West’ es una aventura épica que exhibe todo el músculo técnico de PS5 aunque no sea especialmente innovadora

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John Tones

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