Xataka – Casi por accidente: así es como el Linksys WRT54G se convirtió en el router más legendario de la historia
Probablemente muchos hayáis leído acerca de él, y quizás algunos lo usárais o incluso sigáis haciéndolo. El Linksys WRT54G no tiene un nombre de modelo especialmente fácil de recordar, pero esta caja azul y negra se ha convertido en un icono en el segmento de los routers.
De hecho en muchos sentidos este router inalámbrico fue el que liberó (casi por casualidad) al resto de routers del mundo, y nos enseñó de qué eran capaces estos dispositivos. ¿El truco? Su firmware Open Source.
Una historia que comienza en los 90
En 1988 Janie y Victor Tsao fundaban Linksys. Poco después descubrían un nicho de mercado apenas explotado: el de los routers que permitían conectarnos a redes de datos de todo tipo, y que apenas estaban presentes en el mundo doméstico.
La explosión de internet comenzaba a dejarse notar, y durante esos primeros años los productos de Linksys dependían de los drivers que este fabricante ofrecía para hacer funcionar su hardware. La llegada de Windows 95 cambió eso, porque integraba el soporte de conexiones de red y ponía en peligro el negocio de esta empresa.
La salvación vino en el mercado doméstico, que necesitaba una forma de conectar varios ordenadores a una misma línea telefónica. Linksys logró ofrecer una solución perfecta para ese mercado con su Etherfast, un router que costaba 199 dólares y que solo tenía una pega: aún no contaba con soporte para conexiones inalámbricas.
Eso llegaría con familias como la que nos ocupa. Los Linksys WRT54G que daban soporte a las redes 802.11g (un estándar de 2003) se convirtieron por derecho propio en unos productos con un éxito arrollador, pero la verdadera razón por la que han mantenido su relevancia tanto tiempo es algo más sorprendente.
Pocos meses después de que Linksys lanzara la primera iteración de este router se produjo un hecho singular: la empresa fue comprada por Cisco por 500 millones de dólares.
Uy, que mi firmware está basado en Linux
Cisco no podía saberlo, pero los WRT54G escondían una característica muy especial del firmware, el elemento clave del funcionamiento de cualquier router. Ese firmware estaba basado en Linux.
La ironía aquí no es que en Cisco no lo supieran: es que en Linksys tampoco lo tenían muy claro: el fabricante compraba los chips que gobernaban esos routers a Broadcom, que a su vez delegaba el desarrollo del firmware en otra firma distinta.
La cadena era por tanto difícilmente controlable, pero la conclusión era importante: esos routers, como desveló un usuario en la lista de correo del kernel Linux, tenían un firmware Open Source, y, como todo en el Open Source, ese firmware esa susceptible de ser editado, mejorado y, por supuesto, compartido.
En junio de 2003 apareció un artículo en Slashdot en el que muchos usuarios se dieron cuenta del potencial de aquel descubrimiento. En Linksys cumplieron su parte, y publicaron el código de acuerdo a lo que dicta la licencia GPL.
A partir de ahí se comprobó cómo el Linksys WRT54G era un verdadero diamante en bruto: un dispositivo que costaba 60 dólares podía ser modificado para hacer cosas que hacían routers de 600 dólares.
Un router legendario casi dos décadas después
Los proyectos para modificar y mejorar el firmware se fueron sucediendo, estando entre los más famosos OpenWRT, Tomato y por supuesto DD-WRT. Con estos firmwares, que a su vez derivaron en decenas de proyectos paralelos (de OpenWRT nacería la Fonera de la mítica Fon, por ejemplo) estos routers se convertían en mucho más.
Así, estas modificaciones permitían usar el WRT54G como un repetidor o un dispositivo puente, crear sistemas WDS o redes mesh, funcionar como servidores VPN o VoIP, gestionar el ancho de banda de mil maneras o dar soporte a IPv6, entre otras opciones.
Linksys seguía manteniendo su firmware oficial con opciones estándar, y eran los usuarios los que elegían si querían usar ese software o aprovechar alguno de los firmwares paralelos.
¿Qué hizo Cisco? Capar el WRT54G. Sacaron una versión que era peor que su antecesora en casi todos los sentidos: quitaron el firmware Linux, recortaron la RAM y el almacenamiento y pusieron diversas barreras para evitar que los usuarios pudieran continuar con esos esfuerzos. Aquello generó protestas de los usuarios, que hicieron que el fabricante acabara lanzando una versión modificada, la WRT54GL, que recuperó las mejoras.
Como explican en Tedium, ese modelo sigue pudiéndose encontrar en tiendas online hoy en día, y Linksys sigue soportándolo —como hacen el resto de firmwares «libres»—.
Aunque es un modelo antiguo en cuanto a soporte de estándares WiFi, sigue siendo una absoluta leyenda que hace años seguía generando jugosos ingresos en Linksys y que de hecho motivó un último y singular movimiento.
Se trata de la creación de una familia de routers con esos mismos colores negro y azul (y más caros, eso sí) que denotan esa característica clave del soporte de firmwares Open Source y que se han adaptado a los nuevos tiempos.
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Casi por accidente: así es como el Linksys WRT54G se convirtió en el router más legendario de la historia
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por
Javier Pastor
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