HardZone – He empezado a usar una silla ergonómica, y no creo que vuelva a las gaming

En el ecosistema del PC nadie de duda de que la silla ya se considera un periférico más, ya que pasamos horas y horas sentados y de la silla depende en gran medida el no terminar con dolores por culpa de malas posturas. A este respecto, siempre tenemos el eterno debate de si es mejor usar una silla ergonómica de oficina o una silla gaming, que son las más vendidas… en este artículo de opinión os cuento mi experiencia personal y profesional al respecto.

Antes de nada, hay que poner precedentes: soy una persona que trabaja frente al ordenador y que al terminar de trabajar le gusta seguir en el PC para echar unos «vicios», dando como resultado que, por norma general, la silla es un elemento que utilizo en torno a 12 horas al día. Eso es muchísimo, y por eso nunca he dudado en realizar considerables inversiones en sillas de gran calidad, ya que de ellas depende mucho mi bienestar.

En la última década he tenido un poco de todo: desde sillas de oficina baratas del IKEA hasta sillas gaming tope de gama, pasando por modelos intermedios, pero nunca hasta ahora había probado una silla ergonómica de altas prestaciones… ese tipo de sillas que, honestamente, son bastante feas estéticamente hablando, pero que prometen mil y una maravillas evitar problemas de cuello y espalda, especialmente para personas que, como yo, pasan tanto tiempo sentadas.

Mi experiencia utilizando sillas gaming

Como decía hace un momento, durante los últimos años he tenido un poco de todo, aunque ciertamente en la mayoría de los casos hablamos de sillas gaming. El mayor cambio lo noté cuando pasé de una silla gaming que no estaba nada mal pero que no dejaba de ser gama de entrada (de unos 180€ en oferta) a una silla gaming «top tier», una Secretlab Titan 2020 que costaba en ese momento unos 500€. El cambio fue bastante grande, porque la silla tenía mucho más espacio, la calidad no tenía nada que ver y además contaba con soporte lumbar configurable.

Nunca he tenido problema con las sillas gaming, máxime si son de altas prestaciones como este era el caso: me parecen sillas muy cómodas, robustas y con una gran durabilidad en la mayoría de los casos. Además, cuando estás acostumbrado a este tipo de silla, todas te parecen más o menos cómodas, y desde luego el pasar de la típica silla del salón que es con la que todos empezamos o una silla de 50€ del IKEA a esto, la cosa cambia considerablemente.

Sí, las sillas gaming son una excelente adición a tu arsenal de «periféricos» en el ecosistema de tu PC, y nunca me vais a ver criticarlas. Me gustan mucho, me parecen cómodas y además tienen una estética que, en muchas ocasiones, es fantástica, y por este motivo (especialmente por el hecho de que he probado muchas marcas y modelos) puedo recomendarlas sin ningún tipo de problema.

Ahora bien, desde hace unos diez días he empezado a utilizar una silla ergonómica de altas prestaciones, y mi forma de ver este periférico ha cambiado bastante…

La silla ergonómica, la auténtica salud

Es algo de lo que muchas veces no te das cuenta; desde hace muchos años suelo sufrir frecuentes dolores de espalda y lumbalgias, algo que yo achacaba a la gran cantidad de horas que paso sentado frente al PC. Y es normal, ¿no? Porque por muy cómoda que sea una silla, al final estás en una postura fija y el cuerpo necesita moverse… pero a pesar de que suelo cumplir a rajatabla la «norma» de levantarme y moverme un poco cada hora, al final los dolores están ahí, y desde hace mucho.

El caso es que hace unos días llegó a mis manos una silla ergonómica de altas prestaciones, una silla (de la que pronto veréis nuestro análisis, pero que no quiero mencionar porque este es un artículo de opinión honesta y no pretendo venderos nada) que como podéis ver en la imagen de arriba difiere y mucho estéticamente hablando de cualquier silla gaming, y que honestamente me parece bastante fea.

No os voy a engañar: era bastante reticente al respecto de este tipo de sillas, y tras utilizarla el primer día y a pesar de que cuenta con una infinidad de ajustes ergonómicos que te permiten configurar la silla exactamente como tú quieres, no me sentía del todo cómodo. Hay que tener en cuenta que llevaba dos lustros utilizando otro tipo de sillas muy diferentes, así que decidí darle una oportunidad y seguir utilizándola a pesar de ello… e hice bien, porque ha sido más o menos a partir del cuarto día de uso cuando ya me he sentido completamente confortable utilizando este tipo de silla.

Y digo más: ahora que han pasado ya más días utilizando una silla ergonómica no solo me siento 100% cómodo, sino que además he notado que se han reducido considerablemente las molestias en la espalda. En términos de comodidad no voy a decir que sea más cómoda que la silla gaming que tenía porque no es así, y es que una silla ergonómica está forzándote a tener una buena postura… pero lo que sí se nota es en términos de salud, porque precisamente porque estás forzado a tener una postura correcta, se reducen notablemente las consecuencias en forma de dolor.

En resumidas cuentas: como soy una persona que se pasa tanto tiempo frente al PC, cambiar a una silla ergonómica ha resultado todo un acierto. Podría deciros que en términos de comodidad es un 90% lo cómoda que era la silla gaming que utilizaba y es bastante fea estéticamente hablando, pero las ventajas que me está proporcionando en términos de salud hace que merezca la pena, y como puse en el titular de este artículo, ya no creo que vuelva a las sillas gaming, al menos no mientras siga teniendo que utilizarlas durante tantas horas al día.

Vaya por delante que, como he mencionado varias veces, este es un artículo personal de opinión y por supuesto habrá personas que opinen diferente. Pero no deja de ser mi humilde opinión, y es lo que os he contado.

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