HardZone – El consumo de las CPU gaming de Intel se dispara, ¿hasta 125W?

A través de la filtración de un nuevo documento técnico de Intel, se han revelado los requisitos de energía (o el consumo) de las dos próximas generaciones de CPU gaming de Intel, que incluyen los procesadores de escritorio Raptor Lake-S de 13ª generación. Y, tal y como os vamos a explicar, parece ser que se van a producir una serie de cambios bastante tangibles en cuanto al consumo de las CPU de Intel en las próximas generaciones.

En los últimos tiempos, el consumo de las CPU se ha visto notablemente incrementado si lo comparamos con las generaciones anteriores, y de hecho es un parámetro que preocupa bastante ya que un mayor consumo conlleva ya no solo una mayor temperatura, sino también un mayor gasto eléctrico. Ahora bien, parece ser que las dos próximas generaciones de CPU gaming de Intel tendrán unos datos de consumo bastante similares, pero más amplios que las generaciones que están en este momento en el mercado; vamos a verlo.

El consumo de las CPU de Intel: Raptor Lake-S con hasta 125W

La línea de CPU de escritorio Intel Raptor Lake-S reemplazará a la familia de CPU Alder Lake-S durante el año que viene, y eso que Alder Lake todavía no ha llegado al mercado (esto nos hace ver el trabajo de Intel con seguir innovando, todo sea dicho). Estas dos nuevas generaciones de procesadores (la 12ª y 13ª generación Intel Core) supondrán una competencia bastante dura en el segmento de consumo para PC, y desde luego que Intel pretende ponerle las cosas complicadas a AMD para evitar que continúen con la hegemonía de sus CPU Ryzen.

Así, la línea de CPU gaming de próximas generaciones de Intel contarán con una segmentación parecida en términos de consumo, pues encontraremos variantes «K» con 125W de TDP, las variantes «estándar» con los 65W de TDP ya tan habituales, y una variante más «Low-TDP» con tan solo 35W de TDP.

De acuerdo con la fuente de esta filtración, uno de los cambios menores que veremos en Intel Raptor Lake-S será que el límite de PL4 se moverá a una nueva operación reactiva. Las CPU Intel Alder Lake-S contarán con una operación proactiva, pero el nuevo modo reactivo permitirá que los chips alcancen frecuencias más elevadas cuando se requiere rendimiento a la vez que mantienen una eficiencia óptima.

PL4 seguirá siendo un límite oportunista con un Tau de <=10 ms, por lo que casi siempre se mostrará como un simple pico durante ciertas cargas de trabajo. El límite PL4 también activa la protección contra sobre corriente para la fuente de alimentación cuando alcanza la potencia y el amperaje más altos que permita la plataforma.

En cuanto a los requisitos de energía, la variante Raptor Lake-S de 125W contará con una clasificación PL1 de 125W (125W también en modo rendimiento), una clasificación PL2 de 188W (253W en modo rendimiento) y una clasificación PL4 de 238W (314W en modo rendimiento). Podemos ver que la clasificación PL4 es más baja debido a la operación reactiva recientemente introducida, pero la clasificación PL2 ha aumentado con respecto a Alder Lake (que tiene 241W).

Lo mismo sucede con los chips Alder Lake de 65W que tienen una clasificación PL1 de 65W (lo mismo en modo rendimiento), PL2 de 133W (219W en modo rendimiento) y PL4 de 179W (277W en modo rendimiento). Al final, tenemos las variantes de 35W con PL1 de 35W (lo mismo en modo rendimiento), PL2 de 80W (106W en modo rendimiento) y PL4 de 118W (152W en modo rendimiento).

¿Se ha disparado el consumo de los procesadores modernos?

Como podemos ver, al final por mucho que se indiquen unos requisitos de TDP relativamente bajos, el consumo real puede llegar a verse disparado haciendo que el consumo global del sistema sea realmente muy alto. Al consumo del procesador debemos sumar el de la placa base, periféricos, almacenamiento y, por supuesto, el de la tarjeta gráfica, lo que nos hace pensar que al final el estándar ATX12VO de Intel tiene como finalidad el que los usuarios necesiten contar con fuentes de alimentación cada vez más potentes.

Y, ¿dónde queda la eficiencia? Desde hace muchos años se busca la eficiencia como el objetivo primordial: más rendimiento con el mismo consumo, o mismo rendimiento con menor consumo. Sin embargo parece que la tendencia está siendo la de ofrecer un mayor rendimiento pero también un mayor consumo, por lo que parece que la eficiencia está quedándose un poco de lado.

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