HardZone – Cómo limpiar correctamente el PC y que quede como nuevo
Siempre insistimos mucho en que hacerle un mantenimiento adecuado y periódico al PC es muy importante, ya no solo para que el equipo permanezca en buen estado y dure más tiempo, sino porque el no hacerlo también puede tener consecuencias negativas, empezando por un rendimiento reducido, un mayor ruido y terminando porque en el peor de los casos el equipo podría llegar a estropearse a causa de la suciedad. Por este motivo, en este artículo te vamos a contar, paso a paso, cómo limpiar correctamente el PC para que quede lo más limpio posible y que así te dure en buen estado mucho más tiempo.
Realmente podríamos decir que hay dos tipos de mantenimiento o limpieza que hacerle al PC: el primero y más sencillo consiste en una limpieza superficial (aunque incluya el interior del equipo), sin desmontar nada. Este mantenimiento se puede hacer de forma regular cada poco tiempo, y sirve para no tener que hacer un mantenimiento completo demasiado a menudo. Este tipo de limpieza no te lleva más de 30 minutos generalmente.
El segundo tipo de mantenimiento consiste en una limpieza en profundidad, desmontando todos los componentes y dedicando bastante más tiempo a dejar todos los componentes bien limpios, e incluso cambiando la pasta térmica aprovechando que desmontamos los componentes. Es en este tipo de mantenimiento en el que vamos a centrarnos en este tutorial sobre cómo limpiar el PC.
¿Qué pasa si el PC está lleno de polvo?
Cuando el polvo se acumula en exceso termina solidificándose en forma de hollín, y en el interior del PC este proceso se ve acelerado a causa del calor que generan los componentes (por este motivo la acumulación de polvo en el PC se ve de color marrón con el paso del tiempo, en lugar de gris como sucede al principio). Si no le haces una limpieza periódica al PC, esto podría llegar a sucederte y es cuando vienen los problemas.
Cuando el polvo se solidifica comienza a tapar especialmente las rejillas por las que entra el aire taponándolas y evitando, precisamente, que entre aire fresco al interior. Por este motivo, se entorpecerá el flujo de aire y provocará que suba la temperatura de los componentes y el equipo comience a funcionar peor, al principio, y provocar daños y averías más tarde si no ponemos remedio a esta situación.
De todas formas, aunque los filtros anti polvo están diseñados para colocarse en las rejillas de entrada de aire, y por norma general se pueden poner y quitar fácilmente para que podamos limpiarlos de forma regular, al final estos suelen dejar pasar una pequeña parte que es la que vamos acumulando en el interior. Es por eso que incluso teniendo filtros, las partículas más pequeñas de polvo terminan entrando y depositándose en nuestro hardware, por lo que al final el interior terminará igualmente con polvo. Los filtros quitan mucho trabajo, desde luego, pero no hacen a nuestro PC inmune al polvo.
Esto lógicamente también acorta la vida útil de los componentes, y puede llegar a provocar fallos, así que vamos a continuar viendo las consecuencias que podríamos llegar a encontrarnos en el PC si no realizamos una limpieza periódica.
El ordenador funciona más lento (Thermal Throttling)
Muchas veces os hemos hablado del Thermal Throttling, un fenómeno que en realidad es una medida de seguridad de algunos componentes del PC, especialmente de procesadores, tarjetas gráficas y SSD. Es un mecanismo de protección que lo que hace es reducir la velocidad de funcionamiento, y por ende el rendimiento, cuando la temperatura llega a cierto punto.
Como podéis ver en la gráfica de ejemplo que hemos puesto arriba, a medida que aumenta la temperatura el rendimiento del dispositivo (en este caso, un procesador) disminuye porque entra en funcionamiento el mecanismo de Thermal Throttling, que reduce su velocidad.
Así pues, como ya habéis visto, el hecho de que el PC se llene de polvo provoca que se reduzca la eficacia de la refrigeración, que suba la temperatura y con ello que se reduzca el rendimiento. Así pues, sí, el PC te puede ir más lento por no limpiarlo de forma literal.
El equipo es mucho más ruidoso
El polvo no solo se queda en las rejillas o en los filtros, sino que también se deposita en las aletas de los ventiladores (entre otras cosas). Esto produce que las aspas estén desequilibradas y que pesen más (aunque sea poco), por lo que el motor deberá funcionar a una cadencia para la que no ha sido diseñado, y puede terminar estropeándose. Se estropee o no, a buen seguro hará mucho más ruido que si los ventiladores estuvieran limpios y lo notaréis rápidamente nada más encender el ordenador.
Esto nos hace volver también al apartado de la temperatura, porque los ventiladores que están en disipadores o radiadores son especialmente vulnerables a la presencia del polvo y si se obstruyen o no funcionan como deberían, el resto del equipo se verá afectado.
Esto es debido a que se creará una capa sólida en la entrada de aire de las rejillas o entre las aletas, provocando que no pueda pasar el aire, haciendo mucho ruido (ya que el aire saldrá por donde no debe) y no refrigerando en absoluto el disipador o radiador, haciendo que el procesador se caliente en exceso y pudiendo llegar a dañarlo.
El polvo puede provocar cortocircuitos
Por desgracia, el hollín que forma el polvo combinado con el calor es conductor de la electricidad. Cuando se deposita sobre la placa base o cuando entra al interior de la fuente de alimentación, puede llegar a provocar un contacto donde no debe, con la mala suerte de que podría producir un cortocircuito.
Si esto se produjera, sería todo un desastre porque dejaría inutilizado el PC, y podría llevarse por delante la fuente de alimentación en el mejor de los casos, y el resto del hardware en el peor de ellos.
Evidentemente todo esto son en casos extremos, cuando no se tiene ningún cuidado con el PC, y habrá gente que te dirá que nunca han limpiado su PC y sigue funcionando (sí, pero ¿en qué condiciones de ruido, temperatura e higiene?). El caso es que la posibilidad de que esto suceda, aunque pequeña, existe, y siempre es mejor tomar precauciones y limpiar el PC regularmente.
Olor a quemado (y cuestiones de salud)
Además de poder causar cortocircuitos, una acumulación excesiva de polvo puede causar un olor a quemado, y es que al final debemos tener en cuenta que es posible que las pelusas de hollín que se crean pueden moverse, por lo que si llegan a entrar en contacto con la zona caliente de cualquiera de los componentes del equipo, la materia de la que están compuestas se comenzaría a descomponer a causa del calor, y esto a su vez generaría un olor bastante desagradable a quemado.
Por si esto fuera poco, no limpiar el PC por dentro favorece la creación y expansión del polvo. Aunque creas que este problema solo afecta a la caja, estás equivocado porque pronto verás motas de polvo por los alrededores próximos. Como es lógico, el PC suele estar próximo al escritorio, donde tú te sientas, y al final estarás respirando este polvo, pudiendo causarte incluso problemas de salud (seguro que los asmáticos o los alérgicos a los ácaros del polvo saben bien lo que es esto).
Cómo limpiar el PC por dentro: el método adecuado
Hay mucha gente que piensa que con darle con un spray de aire comprimido (o incluso con la aspiradora) al interior del PC ya queda limpio, pero nada más lejos de la realidad: haciendo eso solo estarás moviendo la suciedad de un lado a otro. Sí que te vamos a recomendar utilizar aire comprimido en algunos pasos de esta guía, pero solo para cosas concretas y, de hecho, te recomendamos hacerlo si te es posible en el exterior (ya que saldrá suciedad que se repartirá por el interior de tu casa de lo contrario). Dicho esto, vamos a ver cómo limpiar el PC parte por parte.
Limpiar la caja por dentro y por fuera
Como hemos mencionado al principio, en este tutorial te vamos a contar cómo limpiar correctamente el PC en una limpieza profunda, y eso implica desmontar todos o al menos la mayoría de los componentes. Comenzando con la caja, nuestra recomendación es que utilices un paño de micro fibra con un poco de producto de limpieza (que perfectamente puede ser un quitapolvo) para limpiar bien los dos laterales, ayudándote si es necesario de una herramienta puntiaguda (como un destornillador) siempre cubierta con el trapo para llegar a los rincones difíciles.
En cuanto a la limpieza del resto de la caja, lo más fácil es utilizar ahora sí un spray de aire comprimido, siempre en el exterior, para quitar la mayor parte de la suciedad, para luego igual que hiciste con la zona exterior, limpiar todo el interior con el trapo haciendo especial énfasis en las rejillas, ya que es donde más suciedad se acumula. Seguramente tengas que dar un repaso a la zona externa, ya que puede que haya salido disparada la suciedad del interior.
Cómo limpiar el disipador o radiador del PC
Da igual el orden que sigas a la hora de limpiar el PC, cada uno lo hace como quiere, pero nosotros siempre continuamos con el disipador. Dependiendo del tipo de disipador que tengas, la limpieza puede ser más fácil o más difícil. Si tu disipador es de aire y de tipo torre o doble torre es bastante sencillo limpiarlo porque, literalmente, tras desmontarlo puedes meterlo bajo el grifo y luego secarlo con papel de cocina o trapo y un secador. Aquí no hay peligro de que se estropee nada por culpa del agua ya que los disipadores tienen una capa anti corrosión, y si los secas en seguida no se oxidarán.
Si el disipador es de tipo concha también puedes hacerlo así, pero asegúrate de desmontar antes el ventilador, claro, ya que éste sí que se dañará si se moja. En cualquier caso también tienes la opción de limpiarlo con el paño de microfibra despacio y con cuidado de no doblar ninguna de las aletas de aluminio, ayudándote si quieres inicialmente con un spray de aire comprimido para eliminar la mayor parte de la porquería.
Si tu disipador es de refrigeración líquida y necesitas limpiar el radiador, no te recomendamos meterlo bajo el grifo bajo ningún concepto; lo que te recomendamos es darle con un spray de aire comprimido en una zona exterior, o si tienes mucho cuidado con un aspirador de mano, ya que eso eliminará casi toda la suciedad. Luego repásalo todo con el paño de micro fibra para dejarlo bien limpio y retirar la suciedad. Confirma que la estás quitando, no repartiendo por la superficie o moviéndola de sitio.
Cómo limpiar los ventiladores del PC
Como hemos mencionado antes, los ventiladores son uno de los componentes más propensos a llenarse de polvo y por lo tanto su limpieza es de suma importancia. Con el ventilador desmontado y en una zona exterior puedes empezar quitando la mayoría de la suciedad con aire comprimido, pero sujeta una de las aspas porque de lo contrario harás que gire y podría estropearse el motor. También puedes limpiarlo con una brocha y luego, metiendo los dedos con cuidado, utilizar el paño de micro fibra para dejarlo completamente limpio.
De hecho, en cualquier caso es siempre recomendable darle una buena pasada final utilizando el paño de microfibra, que será tu mejor aliado a la hora de limpiar el PC por dentro. Si quieres puedes ayudarte de bastoncillos para los oídos para las zonas de difícil acceso. No intentes utilizar otras herramientas menos amigables y que no permitan un accesos fácil a estas zonas.
La forma adecuada de limpiar la tarjeta gráfica de tu PC
La tarjeta gráfica es un componente bastante delicado, así que te recomendamos extremar las precauciones a la hora de limpiarla. Si se pueden desmontar los ventiladores sin desmontar el disipador, entonces te recomendamos hacerlo y limpiarlos igual que en el punto anterior; si no, intenta limpiarlos con el paño metiendo el dedo debajo de las aspas pero intentando no doblarlas. Lo que no te recomendamos con la gráfica es que uses aire comprimido porque podría dañarse algo.
Si la suciedad está muy incrustada, puedes utilizar alcohol isopropílico en un papel de cocina o bastoncillos de los oídos, pero no te recomendamos usar toallitas de bebé porque tienen producto que puede ser nocivo para el plástico y dañar las zonas por las que las restriegues. En este punto, recuerda usar el producto que te indicamos, no intentes hacerlo con otros.
Si tu gráfica tiene ya mucho tiempo y estás empezando a tener problema de temperaturas podría ser hora de desmontarla completamente para limpiar en condiciones el disipador y de paso cambiar la pasta térmica, pero eso ya es arena de otro costal ya que requerirás de echarle más tiempo, quitar piezas y luego volver a montarlas para que la gráfica siga funcionando con su mejor cara.
La placa base y la fuente de alimentación
De nuevo estamos ante componentes que son bastante delicados. Con la fuente de alimentación no te recomendamos abrirla para limpiarla salvo que esté extremadamente sucia, e incluso así, te recomendamos tener muchísimo cuidado y utilizar el paño de micro fibra con alcohol isopropílico y no aire comprimido. Con la placa base exactamente igual, no utilices aire comprimido para que no se dañe nada y en su lugar usa un paño y alcohol isopropílico para su limpieza.
Para la placa base puedes ayudarte de una brocha de pelo suave para quitar la mayor parte de la suciedad en primera instancia, algo especialmente útil para limpiar los zócalos PCIe, los de la memoria RAM y los puertos de conexión. Realmente con tal de tener el máximo cuidado posible no debería haber ningún problema, recomendamos principalmente utilizar una brocha por el simple hecho de que si ejercemos demasiada fuerza sobre ciertos componentes que tiene la placa base, podríamos terminar rompiéndolos, algo que obviamente no queremos que pase.
Estos son los dos componentes con los que más cuidado debemos tener por motivos obvios, y es que un fallo en uno de los dos puede terminar destrozando el resto de piezas que tiene nuestro ordenador, poniendo el foco de atención, obviamente en la fuente de alimentación. En caso de tener una modular, también recomendamos que echéis un vistazo si alguno de los conectores que habéis dejado sueltos tienen polvo, ya que se nos puede pasar por alto revisar esto, y al final sigue siendo una acumulación de suciedad que puede afectar al rendimiento del PC.
Discos duros, SSD y demás componentes
Para limpiar los discos duros mecánicos y SSD en formato de 2,5 pulgadas tan solo deberás limpiarlos con la brocha en la zona de los conectores y luego con nuestro gran amigo el paño de microfibra para dejarlos como los chorros del oro. Para este tipo de componentes obviamente no hay mucho más que decir, ya que al final debemos poner el foco en la suciedad que puede tener la propia estructura así como los conectores y los cables, para eliminar el mayor rastro de polvo posible, ya que el interior no debería acumular suciedad al estar sellado.
Ahora bien, si tienes SSDs en formato M.2 deberás desmontarlos y te recomendamos darles solo con el paño para evitar posibles daños. En caso de tener un disipador incorporado no hace falta que retiréis este, ya que con el mismo paño podéis eliminar todo el polvo posible que se haya acumulado. No hay mucho más que añadir aquí, ya que estos componentes realmente no presentan ningún tipo de dificultad al limpiarlos, pero al final siempre os recomendamos que tratéis todas y cada una de las piezas de vuestro PC con el mayor cuidado posible.
Para finalizar, también podemos indicaros que limpiéis a fondo los cables que hay en el ordenador, siendo estos, seguramente, con los que menos cuidado podéis tener ya que a no ser que estén en mal estado no deberían presentar ningún tipo de problema. Obviamente en el caso de que veáis un cable que tiene algún tipo de rotura o similar, lo más recomendable es que lo cambiéis, si podéis hacerlo obviamente, ya que puede ser que sea un cable de la PSU que no ha pasado por su mejor momento.
Aprovecha y cambia la pasta térmica
Ya que tienes ahora todo desmontado y limpio, tendrás que volver a montar el disipador así que no te queda otra que cambiar la pasta térmica que tenías. Te recomendamos tener a mano las instrucciones de montaje de tu disipador si no tienes práctica. No es demasiado complicado y tampoco deberías tardar mucho tiempo, teniendo en cuenta que es sencillo y realmente importante, lo mejor que puedes hacer es tener en mente cambiarla siempre que vayas a hacer una limpieza completa del PC.
Tener un tubo de pasta térmica en casa siempre es una buena idea (ya que lo recomendable es cambiarla cada 6 meses o un año), y no son demasiado difíciles de conseguir, además de que los precios que tienen son bastante bajos.
Consejos para un mantenimiento adecuado del PC
Ya te hemos contado cómo limpiar adecuadamente tu PC, pero seguro que la primera pregunta que te surge ahora es: ¿cada cuánto tiempo es recomendable hacerlo? Al principio te explicamos que hay, por decirlo de alguna manera, dos formas de limpiar el PC: una limpieza superficial sin desmontar nada salvo quitar la tapa lateral, y una limpieza en profundidad que es la que te hemos explicado aquí. Bien, pues contestando a la pregunta, si nunca haces limpiezas superficiales te recomendaríamos hacer una limpieza en profundidad al menos una vez al año, o cada seis meses si vives en una zona próxima a la costa (ya que la arena y el salitre son fatales para los componentes del PC).
Si por el contrario sueles hacer limpiezas superficiales, digamos cada tres meses, entonces no necesitarás hacer limpiezas en profundidad tan frecuentemente, eso depende del tiempo y las ganas que tengas y lo sucio que veas el PC (o si has empezado a notar subida de temperatura y bajada de rendimiento, ni te cuento). Os diríamos que con limpiezas superficiales cada tres meses, con una limpieza en profundidad cada dos años sería suficiente, pero eso ya depende de cada cual.
Otro consejo que podemos daros al respecto es sobre la colocación del PC. Procura no tenerlo nunca en el suelo, ya que ahí cogerá mucha más suciedad que si está encima del escritorio, y de igual manera procura no tenerlo cerca de una ventana ya que en tal caso se ensuciaría bastante más rápidamente que si está alejado.
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